80 años de anexión: una responsabilidad ineludible
Si un hacha fue el objeto que la municipalidad donostiarra eligió para simbolizar la anexión de la Villa de Altza hace ochenta años, la imagen de una pala excavadora podría representar muy bien lo que ha sido el destino de Altza tras cuarenta años de partido único y otros tantos con pluralidad de partidos políticos.
Solo un par de pinceladas para pintar este cuadro. A la construcción desordenada y caótica de casas y barriadas de los inicios les siguieron barrios de torres que excedían impunemente la edificabilidad, para llegar a un presente sobre el que se cierne un horizonte dominado por planes de megaproyectos urbanísticos (Auditz-Akular, Landarro, Antondegi). Aparcados de momento esos planes a consecuencia de la última crisis económica, ahora se están dedicando a estrujar más el negocio del cemento construyendo bloques en todo hueco que encuentran sobre el plano.
Un sencillo dato demográfico puede ilustrarnos a la perfección esa transformación: El año de la anexión, de los algo más de 95.000 habitantes que tenía San Sebastián, 7.000 correspondían a Altza, representando un 7,45 % de la población. En 2015, el conjunto de los barrios del antiguo término altzatarra, con cerca de 44.900 habitantes, representan el 24,2 %. Es decir, que en ochenta años de anexión, mientras que San Sebastián solo ha doblado su población, Altza la ha multiplicado por 6 y medio, lo que la convertiría si fuera independiente en la tercera población gipuzkoana.
En los planes de esta ciudad exclusiva y pensada para las clases acomodadas, al espacio histórico altzatarra le han asignado una función residencial y periférica en lo económico y social. También en el campo sanitario y la ecología. La “pala excavadora” no ha parado de trabajar sobre suelo altzatarra, tanto urbano como, sobre todo, rural, para que sea el destino de los residuos urbanos e industriales contaminantes de la comarca: polideportivo de Altza (amianto), San Marcos (vertedero), Amoreder (papelera), Putzueta (siderúrgico), Merkader (escombrera), Marrus (amianto).
Pero la “excavadora” municipal no se ha limitado a transformar de una manera traumática el medio físico altzatarra, sino que con el mismo ahínco se ha aplicado en hacer desaparecer el patrimonio histórico y cultural altzatarra, y su Historia. Y para muestra, un botón, directamente relacionado con el 80 aniversario de la anexión. En estos tiempos que se está reclamando, también por parte del Ayuntamiento donostiarra, la verdad, justicia y reparación para los vencidos en la Guerra Civil, en este campo de la Memoria Histórica, ese Ayuntamiento sigue echando tierra sobre la fosa que abrieron y quisieron sellar para siempre los franquistas. Al mismo tiempo que promueve homenajes y reconocimientos públicos a las víctimas de aquella tragedia, la corporación actual, como las que le han precedido desde la muerte de Franco, mantiene deliberadamente en el olvido y les niega su homenaje y reconocimiento a aquellos representantes políticos de Altza que fueron elegidos democráticamente en 1931 para conformar la corporación municipal, y que fue eliminada y sustituida en septiembre de 1936 por sucesivas corporaciones franquistas, designadas por la dictadura, que al cabo de tres años entregaron la Villa de Altza a San Sebastián.
Está en mano del Ayuntamiento donostiarra reparar la humillación y el dolor que padecieron aquellos concejales altzatarras y tener un gesto de reconocimiento que les saque del olvido y les devuelva la dignidad. Ya es hora de empezar a deshacer entuertos. El Ayuntamiento no puede eludir su responsabilidad.
2020, 21 de Marzo
Egun on.
Que verdades históricas enraizada en la memoria pasada y contemporánea. No hubo reparación, ni reconocimiento. No interesa a las clases políticas, que dan su aprobación a la masificación descontrolada, de buena parte de la población, dirigida por los intereses económicos de algunos poderes, personajes, que siempre están por detrás de las tomas de decisiones que afectan a gran parte de la ciudadanía. El pueblo tiene en sus manos la posibilidad de modificar, mejorar su entorno y no vivir en “cajones” apilados, a espacios suficientes para simplemente respirar más sano y esparcirse. Los responsables políticos, toman decisiones que nos influyen directamente en nuestras vidas. Nos engañan con una equivocada participación ciudadana. Con sus normativas, aprobadas de forma unilateral; aplicadas a los Agentes Sociales que son, no más que Asociaciones, personas que se asocian de forma legal para mejorar muchos aspectos de nuestras vidas.
Con la situación delicada y seria que nos toca vivir, con la ralentización de nuestras vidas, sin olvidar el sufrimiento de muchas personas, espero dé pie a la reflexión, en muchos aspectos humanos, sociales, etc…
Agradecido por el cumplimiento, más allá de su deber a muchas mujeres y muchos hombres, en la lucha que nos toca vivir hoy día.
Un saludo
Agur
Roberto
P. D.
Mi redacción deja que desear por haber sido criado en otro país. Son algunos sentimientos expresados, con una experiencia de 28 años en asociacionismo de interés público.
2020, 20 de Mayo
[...] Aurreko sarrera batean Donostiako Udalari dei egiten genion Errepublikarekin zuten konpromisoagatik jazarriak izan ziren zinegotzi altzatarren lan politikoa onar zezan. Udalak memoria historikoari buruz esaten duena baino ez du bete behar, baita Altzan ere. Gutxienez plaka xume bat jartzeko keinua egin dezake, zinegotzi haiek lan egin zuten udaletxean herriaren zerbitzura eman zutenaren aitormen gisa. [...]