Primera mención del juego de bolos en Altza
"Bolariak", Steel 1660 (1)
Iñigo Landa, Patxi Lazcano
El primer registro relacionado con el juego de los bolos en Altza es de 1694 y hace referencia al traslado al caserío Julimasene [2] de una losa de piedra labrada para la colocación de los bolos.
El juego de bolos es universal y desde la antigüedad se ha practicado en una gran diversidad de modalidades. En Gipuzkoa las primeras noticias se remontan a la Edad Media y son escasas, y en tiempos más recientes ha sido un deporte muy popular estrechamente relacionado con las sidrerías. [3] Aunque hoy en día su práctica se ha visto muy reducida aún sigue presente entre nosotros, principalmente en Herrera, donde hace un par de años se ha construido un nuevo bolatoki en el parque Arrobitxulo y se siguen organizando partidas.
Y es precisamente cerca del nuevo bolatoki, en el caserío Julimasene, al otro lado de la vía del tren, donde se encuentra, como ya hemos dicho, la referencia documental más antigua del juego de los bolos en Altza, del año 1694. La referencia nos llega a través de Julián Mas, un personaje del que ya hemos hablado aquí, en Estibaus, un flamenco afincado en San Sebastián en 1675, que compró el caserío La Floresta, más tarde conocido como Julimasene, hacia 1688.
Tres años antes de comprar La Floresta, en 1685, Julián Mas firmó un contrato de arrendamiento del caserío Saldias, un caserío que se encontraba situado en la parte baja de la ladera de Miraconcha, con una buena “vista” a la bahía donostiarra. [2] Las deudas contraidas por el propietario del caserío, Juan Bauptista de Berasiartu, puso en marcha un proceso judicial involucrando a Julián Mas como testigo y arrendatario del caserío. Uno de los asuntos que estaban en cuestión era la propiedad de dos losas utilizadas en el juego de bolos que Mas trasladó de Saldias a La Floresta alegando que era suya. [5]
Antes de entrar en la cuestión de la propiedad de las losas nos vamos a detener por un momento en el hecho mismo de poner un bolatoki en el caserío Saldias. Por los testimonios recogidos en el proceso sabemos que Mas alquiló Saldias por un interés que iba más allá del de la producción de manzana y sidra, actividad a la que se había destinado el caserío hasta entonces. Así lo afirma al menos el propietario de Saldias, Berasiartu: “el fin principal del arrendamiento no por la fruta sino por el recreo de la Casa y Vista.” [6] Esto es, el caserío se iba a destinar a actividades de ocio de las que podría además obtener beneficio.
Así es cómo Julián Mas encargó la construcción de un bolatoki al tiempo que subarrendaba la explotación de los manzanales de la casería, asegurándose la producción de sidra -”por la mitad de los frutos reducidos a sidra y entregados en la propia casería al pie de su lagar“-, convirtiendo la casería Saldias en una sidrería con bolatoki que le proporcionaría ingresos por la venta de sidra y, aunque no se citen expresamente, por los derivados de las apuestas, habituales en el juego de bolos. [7]
La principal perjudicada por esta nueva perspectiva de aprovechamiento del caserío fue Theresa Zelaia, anterior inquilina de la casería Saldias, dedicada a la producción de manzana y sidra, y que perdió el arrendamiento ante la mejor oferta que hizo Julián Mas al propietario. Ella misma da testimonio de la respuesta que obtuvo del propietario cuando le pidió explicaciones: “que como habiendo sido su inquilina tantos años la sacaba de la Caseria para darsela al dicho Julian Mas la respondio que este le daba mas por arrendamiento, y que no podia perder aquella ventaja.”
Julián Mas, una vez firmado el contraro de arrendamiento por nueve años, compró dos losas de piedra para incorporarlas al bolatoki que había construido en Saldias y un año antes de finalizar el arrendamiento las trasladó a la casería La Floresta de su propiedad. [8] Una de las losas, labrada en Igeldo, fue utilizada para la colocación de los bolos, y la otra, procedente de Urgull, se “puso de forma que servia de mesa“.
Según nos señala Javi Castro, etnógrafo y gran conocedor del mundo de las canteras, el lezoarra Lope Martínez de Isasti en su Compendio Historial…, escrito hacia 1625, indicaba que tanto en Jaizkibel como en Igeldo se obtenían losas para diferentes usos: “Igueldomendi entre la villa de San Sebastian y Orio, a donde se sacan muchas losas y piedras de amolar, famosas.” [9]. Como dice Javi Castro, las losas, lógicamente de rocas areniscas, serían de un calibre y grosor como para poder obtener piezas de forma tableada, y el uso que les darían los canteros serían para lo que indicasen sus clientes pudiendo ser para suelos de ermitas, de zaguanes de caserías, de iglesias o porque no, de juegos de bolos, que no serían de unas características únicas o especiales.
En el juicio por deudas del propietario de Saldias, Mas tuvo que probar que las losas eran suyas y para ello presentó los testimonios de Pedro de Ybarra, Pedro de Mendizaval, Ignacio de Artola y Catalina de Lojambio. El carpintero Ybarra asistió a la colocación de las losas en el bolatoki de Saldias, así como en el traslado de ambas losas a La Floresta; el cantero Mendizaval le vendió y colocó “una losa grande para servir en el Juego de bolos“, traída de Igeldo; e Ignacio de Artola y Catalina de Lojambio fueron las personas a las que Mas subarrendó la casería, los dos primeros años a Artola y los seis siguientes a Lojambio. [8]
Estos son sus testimonios:
- Pedro de Ybarra, maestro carpintero, de 36 años: “ahora nueve años [1685] Julián Mas compro una piedra o losa grande para el Juego de bolos a Pedro de Mendizaval maestro cantero vecino de esta Ciudad, y habiéndose llevado por el testigo y otros que no hace memoria de sus nombres a la dicha casería de Saldias, la pusieron en el Juego de bolos, y al mismo tiempo con poca diferencia el dicho Julian Mas compro, no se acuerda a quien otra piedra o losa la cual habiendo bajado de la mota del Castillo de esta Ciudad se llevo a la dicha caseria, en donde en el dicho Juego de bolos se puso de forma que servia de mesa y se hallo presente a esto el testigo, y otro, que tampoco hace memoria de su nombre. Y ahora puede haber un año poco mas o menos habiendose sacado ambas losas de los puestos a donde estaban por orden del dicho Julian Mas, se llevaron a su casería nombrada Floresta, lo cual también sabe por hallarse presente a lo referido y esto responde.”
- Pedro de Mendizaval, maestro cantero, de 44 años: “ahora diez años, poco mas o menos, en tiempo, que Julian Mas tenia por su cuenta en arrendamiento la dicha caseria de Saldias y su pertenecido, al susodicho el testigo le vendio una losa grande para servir en el Juego de bolos, habiendole hecho traer de la cantera de Igueldo a Miguel Barrena difunto, a precio de veinte o veinte y dos reales de plata la cual dicha losa se llevo a la dicha caseria, y por orden del dicho Julian Mas, y la puso el testigo en el Juego de bolos de ella con asistencia de Pedro de Ybarra maestro carpintero vecino de esta Ciudad y otras personas de cuyos nombres, al presente no se acuerda y el valor de dicha losa y su jornal le pagó cumplidamente el dicho Julián Mas.”
- Ignacio de Artola, de 49 años: “al tiempo que el articulante tenia en arrendamiento la dicha Caseria de Zaldias por su orden el testigo, Juanes de Ugarte y Juan de Goicoechea subieron al Juego de bolos de ella dos piedras o losas, y la una de ellas, se asento para los dichos bolos y la otra se dejo de forma, que sirviese de mesa, y no sabe otra cosa y esto responde.” [...] “A la sexta pregunta, dijo, que el testigo fue arrendador de la dicha Casería de Zaldias en los dos años primeros de los ocho del arrendamiento del articulante“.
- Catalina de Lojambio, 46 años: “[Catalina de Lojambio] y Juanes de Goicoechea su marido, arrendaron en la misma conformidad y por la misma consideracion, de mano del articulante la dicha Caseria de Saldias, y su pertenecido por tiempo de seis años en que estuvieron con obligacion de acudir al susodicho unicamente con la mitad de los frutos reducidos a sidra, y entregados quita costa en la dicha Caseria, al pie de su lagar.”
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Referencias:
[1] Imagen: Jan Steen: “Jugando bolos“, detalle (hacia 1660). Galería Nacional de Londres. (Fuente: Wikipedia)
[2] Documentos de archivo del caserío Julimasene en Altzako Tokiko Bilduma - Colección Local de Altza.
[3] Juan José Zorrilla López: Bola jokoa. El juego de bolos. Diputación Foral de Bizkaia, 2005. Andoni Kortajarena: “Herrera’tar zaar baten bizikaskizunak“. En: Hautsa Kenduz II. Altza: Altzako Historia Mintegia, 1994, pp. 9-21. En el artículo Kortajarena habla de las sidrerías de Herrera, entre las que incluye a Julimasene.
[4] 1685-07-13: Contrato de arrendamiento por nueve años de la Casería Saldias (Donostia) con su huerta y manzanal por 36 ducados de vellón a favor de Julián Mas. Archivo General de Gipuzkoa, AGG-GAO COMCI 2381 (hojas 12-14). Este documento y los que se citarán a continuación están extraídos del mismo expediente.
[5] 1693-03-11: Concurso de Acreedores contra los bienes de D. Juan Bauptista de Berasiartu, propietario del caserío Saldias, arrendado por Julián Mas. (Hojas 92-94). 1694-08-20: Declaración jurada de Juan Bauptista de Berasiartu sobre el arrendamiento de la casería Saldias, con información sobre las rentas y los trabajos realizados. (Hojas 30-31).
[6] 1694-08-20 hojas 31-33: Declara Juan Bauptista de Berasiartu Cavallero del Hábito de Santiago vecino de la Villa de Segura.
[7] “En 1622, en el pueblo de Elgeta, a causa de unas apuestas sobre el juego de bolos Domingo de Zavaleta denuncia a Joan Congueta por atacarle y herirle con un palo.” (Ver Zorrilla…, pág. 6)
[8] 1694-11-10: Extracto de la probanza de Julián Mas, en el caso que concierte al pleito contra Juan Bauptista de Berasiartu, propietario de la casería Saldias. (Hojas 70-89).
[9] Lope Martínez de Isasti: Compendio Historial de la Muy Noble y Muy Leal Provincia de Guipuzcoa (1625). Imprenta I.R. Baroja, 1850. “Libro primero. Capítulo XXIII. De las montañas mas señaladas en Guipuzcoa”, pág. 230.
El juego de los bolos. Grupo de campesinos jugando y descansando en el patio de una granja. Pintura de Jan Steen (1626-1679). Fuente: www.meisterdrucke.es
