Plantaciones de robles para la construcción naval en Altza en el siglo XVI (y IV)

2025, 15 de Julio

(1. irudia)

(1. irudia)

Iñigo Landa, Juan Carlos Echeveste

Agrimensores y amojonamiento de tierras concejiles: “çien mojones grandes e vistosos

La función de los agrimensores era identificar y amojonar las parcelas de propiedad pública, las tierras concejiles y también los caminos.[1] El 19 de agosto de 1572, el concejo donostiarra aprobó el pago de los gastos generados por la colocación de mojones en tierras concejiles usurpadas por particulares en Altza. En total, colocaron cien mojones “grandes y vistosos” para amojonar una zona de tierras concejiles usurpadas de 40.000 pies de manzano.[2]  No sabemos exactamente el valor de la unidad de superficie “pie de manzano“, pero, si se trata como parece del lugar que necesita un manzano para desarrollarse, es evidente que la cantidad de terreno usurpado era muy grande.

Tres meses y medio más tarde, el 2 de diciembre, el concejo pagó otro trabajo de amojonamiento realizado en las tierras de Altza: “que hauia gastado en jornales de los dichos agremisores y car(r)eto de piedras y despenssa de los trauajadores diez y ocho reales y juro la dicha costta y pedio librança sus mercedes mandaron librar“. En total colocaron 27 mojones.[3]

Esa zona amojonada corresponde a dos parcelas cuyos límites estaban en cuestión, ambas en la zona de Molinao. Una de esas parcelas debería coincidir con el lugar que hoy ocupa el vertedero de San Marcos, ya que en la revista de los mojones de los términos participan vecinos de Altza, Astigarraga y de Errenteria, y allí se encuentra el mojón común de los tres municipios (Iruerrimuga): “a quien fue encargado la reuista de los mojones de los terminos que con vecinos de Alça Astigarraga y otras partes y de ponerlos en los lugares donde quedaron por poner por auerse allado entonces que hauia diferencias entre los vecinos que pretendian ser suyos y esta Villa“.

La ubicación de la otra, sin embargo, es más clara, está en la zona que hoy conocemos con el nombre de Larres. Las tierras concejiles limitaban con las tierras de los caseríos Berra y Darieta y no será casualidad que uno de los dos agrimensores que participan en el trabajo de amojonamiento sea el propio señor de la casa Casares.

Guardamontes

“Ottrosi el dicho Señor Corregidor dijo que para que de aquí adelante los dichos arboles se conserben y no se corten y guien como se an de guiar mandaua e mando que luego que se hiziere el primer plantio el dicho regimiento nombre vna persona o personas de ciencia y espiriencia en el dicho plantio que sirua de guarda y an de siempre por el guardándole y defendiéndole de los ganados y de otro qualquier ynconbiniente al quan den salario competente a costa de los propios de esta villa para que se puedan mantener y no entienda en otra cosa sino en la dicha guarda y conseruacion de los dichos montes conforme a la dicha prouission real.”[4]

En los extractos de actas municipales son abundantes las menciones a su función:

  • Capturar el ganado: “Que porque entrauan ganados en los terminos comunes de esta villa y la de Hernany los prendasen los guardamonttes“.[5]
  • Denunciar infracciones: “Este dia Juanes de Aguirre guardamontes de esta villa dio noticia como en el Mirall de esta villa entre las viñas del señor Juan Lopez de Aguirre regidor y tierras de los herederos de Seuastian de Babaça se auia hecho plantio de robles en lo publico concejil a modo de mojoneda”.[6]
  • Inspeccionar denuncias: “para que hiciesen vista ocular de los nueuos balladares que Domingo Fernandez de Olacaual auia hecho en su casseria que tiene en Alça y de los robles que auia plantado junto a los dichos valladares a lo largo de ellos“.[7]
  • Comprobar que los mojones entre las parcelas estaban en su sitio: “fue encomendado lleuase Antonio de Merquelin e a Juan de Cachola guardamontes a ver el amojonamiento que esta en Alça junto a la casseria de Martin de Acorda tiene plantados junto a su caseria como esta dicho (…) que llamen a los guardamontes de Alça…”.[8]

En resumen

La ubicación geográfica que tiene Altza en el borde de la bahía de Pasaia y su puerto ha condicionado su desarrollo demográfico y económico a lo largo de la historia, y especialmente en el siglo XVI. A partir del descubrimiento de América, el gran crecimiento del tráfico marítimo y el papel de potencia hegemónica que tendrá la monarquía española en el mar, especialmente con Felipe II, tendrá consecuencias directas en el paisaje de Altza, convirtiendo amplias zonas forestales en zonas agrícolas, sobre todo para producir sidra para abastecer a los barcos.

En la pugna por conseguir la hegemonía en los océanos, era necesario el desarrollo de la construcción naval, para construir más y mejores barcos y para reemplazar los perdidos en batallas o naufragios. Y, para ello, era imprescindible disponer de abundante madera resistente y ligera como la del roble. La monarquía española tomará las disposiciones necesarias para aumentar el número de robledales, especialmente en los territorios de la vertiente cantábrica, por tener las mejores condiciones naturales de la península para esta especie y por estar cerca de los centros de construcción naval.

Las disposiciones se aplicarán, no sin conflictos. Por un lado, nos encontraremos con el choque entre la necesidad de reforestación y la agricultura, y, dentro del propio ámbito de la reforestación, se producirá un conflicto entre la producción de carbón vegetal y la construcción naval, ya que los primeros necesitan robles trasmochos, mientras que la otra necesita robles bravos y guiados, sin olvidar que este último tipo de robles también eran necesarios para la construcción de casas.

En la cadena de funcionarios y cargos para hacer cumplir las órdenes reales -corregidor, alcaldes, regidores…-, destacan tres. En primer lugar, el nuevo oficio de superintendente nombrado por el rey para dirigir específicamente la construcción naval y las plantaciones. Inicialmente tendrá la responsabilidad de todos los territorios de la cornisa cantábrica, pero a continuación nombrará uno para cada territorio. El primero de Gipuzkoa será Antonio de Urquiola, hasta entonces administrador del astillero de Lezo y quien compró robles en tierras concejiles de Altza. Los otros dos cargos ya existían con anterioridad, son los agrimensores y los guardamontes, pero en este momento histórico, con el aumento del control sobre las tierras concejiles, adquirieron mayor protagonismo.

La lectura de los extractos de actas municipales de la villa donostiarra de la época y otros documentos contemporáneos permiten conocer con mayor detalle el problema de las tierras concejiles y confirmar las grandes dificultades que tuvo la aplicación de las disposiciones reales para el fomento forestal, donde las tierras concejiles tendrán un papel fundamental. Así mismo, la lectura de las actas permite identificar las principales zonas donde se llevaron a cabo las plantaciones: en la zona de Molinao, en la cuenca alta de la regata, junto al límite con Astigarraga y Rentería, así como junto a Aberneta; en la ladera norte de Ametzagaina; en la ladera que se entre el casco de Altza y Herrera.

Las visitas para inspeccionar y seleccionar las mejores zonas para plantaciones revelarán numerosas irregularidades relacionadas con las tierras concejiles, desde su uso sin permiso hasta usurpaciones de tierras protagonizadas por particulares, entre los que se encuentran algunos personajes destacados de la villa, o, simplemente, propietarios de casas que limitan con tierras concejiles.

Por otra parte, en la documentación consultada han quedado sin analizar los datos que hay sobre otras áreas importantes de Altza, como Ulia, los montes francos del Urumea, o Sarrueta, por la ausencia de datos relacionados con los plantíos de robles. En Ulia, la vertiente que da al mar, toda ella prácticamente era concejil, pero se puede entender que la ausencia de menciones se deba a que las condiciones naturales de estas laderas no eran las adecuadas para las plantaciones de robles, aunque en un principio afirmaran lo contrario.[9] En el caso de los montes francos del Urumea,[10] comunales gestionados por tres villas, la escasez de referencias se puede deber a que están lejos de la costa. Y en cuanto a Sarrueta,[11] probablemente se pueda explicar por la privatización temprana de las las tierras concejiles. Cada uno de esos temas merecería un estudio particular detallado.

A partir de mediados del siglo XVII, junto con lo que se conoce como la “revolución del maíz”, predominó la economía de caserío basada en la agricultura, se roturaron más terrenos y las zonas forestales siguieron retrocediendo.

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REFERENCIAS

[1] Un particular plantó robles en el borde del camino principal que pasaba junto al caserío Amoreder y un agrimensor fue enviado al lugar a comprobar que los robles no estaban plantados en la vía pública: “allaron que en la anchura del camino publico real que ba dende la villa para Oyarcun y Astigarraga y Hernani y lo mismo dende la Renteria y Fuenterrauia y Passajes estauan puestos junto a las tierras de la casa de Alanochipi asta cincuenta y seis pies de robles y tambien algunos robles junto a la caseria de Amoreheder”. AMD, H-00299-L, pp. 62-64, 13-3-1573.

[2] AMD, H-00299-L, p. 47, 1572-08-19. [Al margen: Que pusieron mojones en las tierras concejiles del partido de Alca] Y en regimiento de veinte y nueue de agosto esta el decreto seguiente. Este dia el señor jurado Bastida presento dos quentas del gastto echo en el amojonamiento en las tierras concejiles en mas cantidad de quarenta mil pies de mancanos thenian husurpados particulares donde se an puesto al pie de çien mojones grandes e vistosos la vna quenta de suma de etcetera.”

[3] AMD, H-00299-L, pp. 53-54, 20-12-1572.

[4] AMD, H-00299-L, p. 134.

[5] AMD, H-00299-L, p. 17, 19-10-1570.

[6] AMD, H-00301-L, p. 60, 19-1-1573.

[7] AMD, H-00301-L, pp. 62-64, 13-3-1573.

[8] AMD, H-00301-L, pp. 432-433, 16-12-1589.

[9] “Yten ansi vien se vissito la montaña y termino del Mirall que es ansi bien termino vtil para los dichos plantios“.  AMD, H-00299-L, p. 133.

[10] MORA AFÁN, Juan Carlos: “Los montes francos del Urumea“, in: Altza Hautsa Kenduz III (1996), 37-50 orr..

[11] LANDA IJURKO, Iñigo: “Soroeta eta Sarroeta“, in: Altza, Hautsa Kenduz VII (2003), 147-156 orr..

Imágenes:

1. irudia: Altza. Detalle del “Plano de la Plaza de Sn. Sebastian y sus inmediaciones”, 1852. Biblioteca Virtual de la Defensa. Colección Local de Altza, L22778

***

Plantaciones de robles para la construcción naval en Altza en el siglo XVI

(Índice)

Plantaciones de robles para la construcción naval en Altza en el siglo XVI (I)

Plantaciones de robles para la construcción naval en Altza en el siglo XVI (II)

Plantaciones de robles para la construcción naval en Altza en el siglo XVI (III)

Plantaciones de robles para la construcción naval en Altza en el siglo XVI (IV)

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