Eulali Peña Danborenea
Herripe auzo elkartea
El día de la Virgen marinera, 16 de Julio, dimos el último adiós a Eulali en Herrera. Murió con 101 años y con ella se nos fue también una persona que había vivido en paralelo con el desarrollo de nuestro Barrio de Herrera en el contexto de Altza.
Hasta el final mantuvo esa mente clara que siempre le caracterizó. Nos queda la pena de no haber tenido el tiempo necesario para recoger sus palabras y nos lamentaremos siempre porque se ha llevado una información y análisis preciosos de sus experiencias, de sus observaciones. Cuando le preguntábamos en esas tertulias en las que se habla de todo, se sonreía y respondía discretamente.
Su personalidad suave, inteligente, su capacidad de ayuda y de pertenencia sin límite a su familia y a su entorno, hacía que su respuesta tuviera ese arte que pocas personas tienen, de parecer que no había hecho nada.
A sus 101 años su interés por Herrera estaba vivo. Leía las crónicas del Estibaus, su revista y le gustaba que se le mandaran los programas de fiestas de Herrera y de Altza (San Martzial).
Junto con la droguería y mercería Atorrasagasti, la “Tienda de Peña”, fue un soporte para la supervivencia de Herrera, en tiempos en los que nada sobraba y Herrera, como parte de Altza pero con unas características especiales por su cercanía y condicionamiento al Puerto de Pasaia, hacía frente a muchas carencias. Petra Danborenea y Joxe Peña fiaron, ayudaron y estuvieron ahí, con su sencillez, cada vez que se necesitaba sin llamarles. Así, simplemente.
En ese entorno de familia numerosa vivió siempre Eulali. Ha sido el elemento fijo de una familia, a la que nunca se falla, y así ha sido querida, respetada y cuidada.
Ubicándonos en el mundo actual, describir lo que han sido para Herrera las personas como Eulali, puede parecer algo desubicado, pero nada más lejos de la realidad para los que hemos disfrutar de sus vivencias y de sus recuerdos para ayudarnos a comprender, aceptar y corresponder a tanto cambio. Por eso, el haber conocido a Eulali es mucho más. En ella podemos reflejar el desarrollo de una comunidad específica, la de Herrera, en una postguerra dura que abre el camino a un desarrollo brutal como parte de Altza, recuperando una forma de vivir frente a una situación irreconocible. Pero la gente como Eulali nos ha dado una lección de adaptación y respeto al vecindario, sin dejar de ser personas serias y firmes, fieles a nuestras costumbres y convicciones.
HERRIPE/HERRERA (ALTZA)