A favor de nuestro patrimonio urbano
Existe dentro de la trama urbana de Altza un valioso patrimonio arquitectónico, ignorado cuando no despreciado, que poco a poco se está haciendo desaparecer. Hablamos del patrimonio industrial, de las ciudades-jardín, y, en esta ocasión más en concreto, de las casas señoriales que se construyeron en nuestro término a finales del siglo XIX y principios del XX.
De lo señalado de estas edificaciones ya eran conscientes cuando las construyeron, tal y como queda reflejado en el “Álbum gráfico-descriptivo del País Vascongado” de Picabea, publicado en 1915, en cuya página dedicada a Altza podemos leer: “En el día es Alza una de las villas importantes de Guipúzcoa. Cuenta con 2.683 habitantes y hermosean en su término gran número de villas, chalets y residencias particulares de elegante estructura.”
Tanto la destrucción del patrimonio rural como el urbano han seguido y siguen pautas similares: dejar que los bienes se degraden hasta llegar a un estado que justifique su derribo y levantar en su lugar nuevos aprovechamientos multiplicando volúmenes y beneficios.
La cuestión de fondo es muy sencilla y muy compleja al mismo tiempo. Es el problema de cómo armonizar la conservación del patrimonio histórico, cultural y natural con la necesidad de actualizar, modernizar y desarrollar una ciudad. Por desgracia, nuestra historia nos demuestra que el rendimiento económico ha estado, salvo honrosas excepciones, por encima de cualquier otra consideración. Los propietarios de bienes culturales tienen el legítimo derecho a disfrutar y disponer de ellos, pero desde los poderes públicos deberían dejar muy claro que no podrán sacar ningún ‘pelotazo’ de su dejadez y abandono interesados. Estos, sin embargo, nos han ofrecido múltiples ejemplos de negligencia, cuando no de participación en la destrucción del patrimonio.
Recientemente nuestra asociación ha apoyado públicamente la iniciativa de la Asociación en Defensa del Patrimonio Cultural de San Sebastián a favor de Villa Rosario, en Ategorrieta, iniciativa apoyada también por IZBE, Asociación de Vecinos de Intxaurrondo Zaharra, un nuevo intento de detener la dinámica de destrucción del patrimonio que estamos sufriendo y apostar por una nueva mentalidad integradora, que combine el necesario desarrollo urbano con la conservación de los espacios y bienes tanto culturales como naturales, que incorpore al progreso el respeto con las personas, sus espacios y su historia.
Documento con las alegaciones presentadas aquí.