Txabol Sotoa
Batzuen artean
Herri Ametsa cumple 50 años. Su nombre indica claramente lo que fue en su inicio. El bien hacer, la dedicación, los esfuerzos, durante años y años de madres, padres y los entornos familiares y vecinales, fueron claves. No hay que olvidar el contexto social, la grande y caótica transformación que se producía en Altza y la dificultad del momento. Pero se pudieron dar unos pasos firmes, arriesgados entonces, llenos de dificultades. Sin ellos, sin esos primeros pasos no se entendería lo que vemos hoy en Mendiola.
Desde una visión vecinal recordamos el primer local, en Herrera, en los bajos de la casa de Peña, luego en la casa Peruene Berri, y de ahí, a Mendiola, donde el mundo educativo eclipsó de alguna manera, aquella cercanía, aquella alegría que daban los chavales, cada vez más numerosos, que salían de la Ikastola, aquella marea multicolor de niños y niñas que nos decía que algo alegre, fuerte e irreversible, estaba cambiando nuestro entorno.
Pero hacía falta dinero y la tarea no era fácil. En 1969 había que andar con cuidado con los permisos para organizar actividades para recaudar. Así surgió Txabol Sotoa. Se intentó en algunos locales de Herrera pero no reunían las condiciones que se buscaban y ahí fue indispensable Jose Luis Mendizabal, del Caserio Peruene, que cedió su local con dimensiones suficientes para más de trescientas personas. Y empezó. Se nos ocurren muchos nombres pero quizás, por encontrar en ellos lo que se veía en todos, hablaremos, además del propio Jose Luis, de Jose Mari Mujika y Jose Luis Otero, encargados del suministro de las sardinas; de Anastasio “Tasin” Gaztañaga, que aportó las parrillas, las kupelas, el carbón, los turnos de servir.
Todos los fines de semana en la época de la sidra y aprovechando fiestas. No era sólo un lugar físico. Era un trabajo en equipo, continuado, generoso y solidario que se extendió rápidamente por Altza.
En paralelo otras personas se ocupaban del marco formativo, de las gestiones institucionales. En el contexto en el que se vivía, lo que la gente de la calle no involucrada veía era la decisión, el compromiso y la lucha por una forma diferente de educación, por lo que hoy representa Herri Ametsa.
Txabol Sotoa existió y el esfuerzo de todos los que participaron recibe, por estas pocas líneas, nuestro agradecimiento
Herrera-Altza, Diciembre 2016.