Llama y misterio: La joven periodista Clara Candiani

2017, 26 de Octubre

Iñigo Landa Ijurko

cronica-1931-08-16-orrialdea-8El trabajo de documentación de las centenarias Casas Baratas de Altza nos ha llevado al encuentro con una periodista prácticamente desconocida entre nosotros, pero muy popular en Francia. Ella es Clara Candiani; en la crónica de la inauguración de las Casas Baratas, publicada en El Pueblo Vasco el 18 octubre de 1921, firma como Clarita Caudiani (1). Entonces solo tenía 19 años, pero el tono y el contenido del reportaje apuntaban a que detrás había una reportera con una personalidad y cualidades fuera de lo corriente. En Francia, la biografía profesional y pública de Clara Candiani comienza en 1925 y está bien documentada, pero sus inicios, en buena parte desarrollados en el País Vasco, son tan poco conocidos como atractivos. A través de la prensa española hemos podido rastrear los primeros pasos de esta joven periodista que va a sobresalir en un mundo predominantemente masculino –en Francia se estima que en los años 30 la proporción de mujeres periodistas rondaba el 2%– y acercarnos a conocer un poco cómo se formaron los fundamentos que guiaron la vida profesional de esta mujer.

Clara Candiani en Francia

Clara Candiani nació en París en 1902 y murió en 1996. Ella se definió a sí misma como una mujer periodista, de izquierda católica, abierta a los demás y constantemente preocupada por temas sociales y solidarios (2). Empezó a trabajar en Francia en 1925 en la prensa escrita, especialmente dedicada a realizar reportajes en el extranjero (España, URSS, Siria, Egipto, Palestina…), publicando sus artículos en Le Figaro, La République, Ce Soir, Le Temps… Durante la Guerra Civil española, además de escribir numerosos reportajes, se comprometió en la organización de la ayuda dirigida a la población refugiada. En esas fechas, en 1939, se casó con el político y dirigente de la Unió Democràtica de Catalunya exiliado en Francia, con quien tendría una hija (3).

clara-candiani-1980A partir de 1934 se incorpora a la radio, medio en el que se consagrará como una periodista preocupada por temas humanos y sociales. Sobre todo será conocida por producir y presentar el programa de la emisora pública France Inter “Les Français donnent aux Français” (Los franceses dan a los franceses). En el programa, alguien que está sufriendo un problema de tipo moral o material lo expone a los oyentes y estos acuden en su ayuda para aliviar sus dificultades. Un programa que inició su andadura en 1947 y terminó cuando la periodista se retiró, con 80 años de edad, en 1982.

En 1975 subscribe un escrito en el que se denuncia “El terrorismo franquista en Francia” del que fueron víctimas la librería Mugalde de Hendaya, la sede del CISE (Comité de Información y Solidaridad con España), Ediciones Ebro en París, la sede de Anai-Artea en San Juan de Luz, el domicilio del cantante Imanol, y la sede de las ediciones Ruedo Ibérico (4).

De partida, dos entrevistas

Para conocer la actividad de Clara Candiani antes de 1925, objeto de este artículo, utilizaremos de partida dos entrevistas publicadas en Madrid cuando ya estaba trabajando en Francia. En 1931, cuando la República española estaba dando sus primeros pasos, Clara Candiani llegó a Madrid como enviada especial del diario La République de Paris y fue objeto de una entrevista en el diario madrileño Crónica (5). En la introducción, el entrevistador presenta de este modo tan rotundo a Clara Candiani: “Mujeres en el Parlamento… Van y vienen -hacia el Salón de Sesiones, hacia el buffet, hacia la tribuna de la Prensa extranjera- Victoria Kent y Clara Campoamor, diputados; Margarita Nelken e Isabel de Palencia, escritoras; Lilí Alvarez, tenniswoman, que ahora cultiva, como un deporte más, el periodismo. Estas cinco mujeres -cada una de personalidad destacada- escriben en los periódicos; pero, la verdad, faltaba en las Constituyentes la periodista profesional, la que no fuera más que periodista, y ya ha llegado.”

El entrevistador, que firma como J.G.O., comienza mostrando su sorpresa por el dominio que Candiani tiene del castellano, a lo que ella responde: “Verá usted -me dijo-. Tiene su explicación. Yo nací en París, hija de padre francés y madre rusa; y esta ascendencia materna me legó esa extraordinaria disposición que tienen los eslavos para aprender idiomas. Luego, que he pasado mi juventud en España, en el País Vasco. Y he venido a Madrid varias veces. Pero ¡si hasta me he ganado la vida escribiendo en periódicos españoles!”.

El entrevistador resume, a continuación, el currículo de la joven periodista, que abarca el periodo que nos interesa: “Al decir esto Clara Mille, recuerdo que, en efecto, allá por 1920 o el 21, llegó a hacerse popular en “la Bella Easo” la silueta magra y ágil de una chiquilla bohemia, que venía de París y -envuelta en una airosa capa de colegiala a lo Colette y tocada de amplia boina- visitaba las Redacciones de los diarios donostiarras, siempre acompañada de una dama esfumada y silenciosa, y alternaba con literatos, políticos y comediantes en las tertulias del “Guría”. A poco, aquella muchacha escribía en español sus primeras crónicas, que firmaba “El que pasa”, en La Prensa, de San Sebastián, o con cualquier otro pseudónimo, en El Pueblo Vasco o en La Voz de Guipúzcoa, donde me parece que llegó, incluso, a sostener una polémica literaria con Felipe Sassone… ¡Digo: si hasta creo recordar que Clara Mille Candiani es -o quiso ser, en la intención de los hermanos Alvarez Quintero- la protagonista real de una comedia estrenada por Margarita Xirgu en la Fontalba! Vamos a comprobarlo:

-¿Es verdad que, cuando estuvo usted en Fuenterrabía, inspiró a los Quintero, con su carácter desenvuelto e inquieto, la figura central de ‘Novelera’?

-Sí, así fue -me contesta-. Don Serafín y don Joaquín son muy amigos míos, y solo atenciones les debo…”

La estrecha relación de Clara Candiani con los hermanos Álvarez Quintero -muy populares en España en el primer tercio del siglo XX como autores de teatro y poetas- queda confirmada en una extensa entrevista que un año antes, aprovechando que los saineteros veraneaban en Hondarribia, apareció publicada en El Pueblo Vasco en agosto de 1930 (6). En ella se les preguntaba, entre otras cosas, por “la Candiani”. El subtítulo decía así: “Clara Candiani, una hermosa joven rusa de quince años, ¿es ‘Novelera’?“. Y, a continuación, la jugosa entrevista:

-¿’Novelera’ fue inspirada por alguna mujer de Fuenterrabía?

-Esta comedia nació como tantas otras. Nosotros siempre estábamos pensando hacer que una obra nuestra se desarrollase en Fuenterrabía, y con “Novelera” hallamos la ocasión. En cuanto a la heroína…

Don Serafín, que es quien habla, se interrumpe, cambia una mirada con su hermano, sonríen y éste me pregunta:

-¿A usted le han dicho de alguna señorita determinada?

-No; solamente es curiosidad periodística.

-Creí que iba a referirse a la Candiani.

-¿Y quién es la Candiani?- interrogo interesado.

-La historia de esa joven es muy interesante. Muy interesante, porque nadie logró aquí conocer más que un fragmento de ella. Vivía con su madre, y ambas eran de nacionalidad rusa; dos de tantas y tantos inteligentes; la madre tradujo al francés “Marianela”. Clarita, que así se llamaba la niña, tenía quince años cuando las conocimos, y apenas sabía castellano. Se hizo muy amiga nuestra y nos pedía prestadas novelas, libros de versos, y la gustaba mucho hablar con nosotros. Así, poco a poco fue aprendiendo nuestro idioma, hasta que llegó a dominarlo. Pero no por esto decreció su afición a la lectura; se pasaba horas y horas leyendo. Por la tarde se la podía encontrar en el malecón con un libro en las manos y los ojos fijos en él, que de vez en cuando levantaba soñadores al llegar el crepúsculo, para mirar con melancolía cómo el sol se ocultaba o contemplar a lo lejos, en el mar, cómo una barca se alejaba.

¡Y hasta llegó a escribir varios artículos, hace seis o siete años, en “El Pueblo Vasco”, de San Sebastián, bajo el seudónimo “El que pasa”!

Ella siempre nos decía; “Yo soy eso: el que pasa.”

Y es que, ¡tan encantadora como era!, tan sólo debía amar a su espíritu.

-Y ahora, ¿dónde está?

-Madre e hija viven en París. Hace un año estuvieron en España, pero en viaje rápido.

-Antes de la guerra, ¿qué fueron? ¿Se conocen detalles de su vida en Rusia?

-Nunca dijeron nada. Pero por sus modales, distinción, cultura, sin duda alguna pertenecían a la nobleza de su país.

-¿Por qué suponían ustedes que yo quería referirme a esa joven? Efectivamente, ¿es ella ‘Novelera’?

-Los que la conocieron creen verla a ella misma en la obra por la indumentaria, idéntica a la preferida por la Candiani: capa y boina.

Y, aunque parte de su psicología esté quizá reflejada en “Novelera”, no crea que intentamos calcarla a ella -afirma D. Serafín.

Me ha interesado esta historia; el país de las estepas; la guerra; el bolcheviquismo; dos mujeres rusas en Fuenterrabía. Ahora, en París… Pero el apellido pienso… Candiani, Candiani no es ruso.

-Y el verdadero nombre de ella, ¿cuál es?

Los Quintero me miran sorprendidos para, rápidos, contestar:

-¡El que le hemos dicho! Clara Candiani.

-¿No será éste un nombre de postguerra?

-Nosotros siempre la oímos llamar así.

El tema es sugestivo, pero tenemos que abandonarlo. Los Quintero dirigen ahora la conversación. [...]”

“Llámeme Misterio”

“Novelera”  cuenta la historia de una joven cuya identidad y pasado son desconocidos. Ella inventa y recrea historias, -de ahí el sobrenombre “Novelera” con el que la conocen las personas que tratan con ella en Hondarribia-, y escribe en su “Diario de la verdad” la crónica de lo que acontece en su vida, pero para el resto del mundo que le rodea su contenido es secreto. El nombre con el que se hace conocer es Llama, pero en cualquier momento puede cambiarlo por cualquier otro, como por ejemplo, Misterio, nombre que se le ocurre apropiado cuando un joven astrónomo se cruza en su vida y se enamora de ella a pesar de desconocer todo sobre su pasado. Llama, Misterio, el nombre da igual, la protagonista es el alter ego de Clara. Y no es por casualidad que en el transcurso de la obra los autores asignen el apellido que usa Clara a uno de los personajes que introducen en un momento de la obra, un tal Dario Candiani, antiguo amante de Llama quien, tras aparecer por sorpresa y después de una conversación con ella, reconoce ser parte de una historia acabada sin remedio y vuelve a desaparecer para seguir siendo parte del misterioso pasado de la protagonista.

La obra de teatro cosechó malas críticas en su representación en Madrid, -los autores dedicaron la obra a un grupo de modistillas anónimas que al final de la obra arremetieron contra algunos del público que habían alborotado durante la representación-, pero el tema que trata tiene fuerza suficiente para seguir suscitando interés en la actualidad. Según José Manuel Vidal, se trata de una obra “donde los huecos sustituyen a las solidas explicaciones y la imprecisión de los límites, a las certezas”; de ahí su modernidad, “donde lo que prima es dejar campo libre a la imaginación del lector-espectador.” (7)

El trasunto que construyen los hermanos Quintero se acerca y se aleja al mismo tiempo del personaje real, y así, igual que hay grandes similitudes entre el personaje teatral, Llama, y el real, Clara, también hay grandes diferencias. Mientras que Llama se caracteriza por recrear historias, Clara es una periodista estrechamente ligada a la realidad, tanto a la problemática más cercana, como a la internacional; en todos los casos, estudia y analiza la realidad y se compromete con ella, tal y como se puede constatar en su recorrido biográfico.

Entre lo reservado y lo público

La biografía de Clara Candiani se desarrolla entre lo reservado y lo público, Misterio en sus orígenes, Llama en su actividad. Empezando por los misterios, tanto la entrevista a Clara Candiani como la de los hermanos Quintero nos aportan datos interesantes sobre la historia familiar de la periodista que no suelen aparecer recogidos en su biografía.

Hija de Pierre Mille, su padre fue muy conocido por los reportajes y trabajos literarios que escribió en sus viajes a lo largo y ancho del imperio francés en África y Asia. Es sabido que Pierre Mille contrajo matrimonio con la artista belga Yvonne Serruys en 1909, -por tanto, cuando Clara tenía siete años-, y se cita que con anterioridad estuvo casado con una mujer desconocida; sin duda, la madre de Clara (8).

En sus biografías solo se habla de hombres. Además de su padre, se suele citar a su padrino, el filósofo Jacques Maritain, y a su marido, el político catalán exiliado en Francia Josep Maria Trias i Peitx (9). Sin embargo, el apellido que adoptará no es el de su padre, ni tampoco cuando se case tomará, en contra de la costumbre francesa, el de su marido. Ni siquiera está enterrada junto a ninguno de ellos (10), y, como bien señala mostrando su extrañeza el entrevistador de los hermanos Quintero, utilizará Candiani, apellido italiano que no se sabe por qué adoptó.

Esta biografía pública, sin embargo, silencia la identidad de la madre, que parece no existir, y que, por el contrario, en las entrevistas a Clara y a los hermanos Quintero aparece como la referencia principal de la joven y nos permite extraer algunos datos interesantes: de origen ruso, perteneciente a un nivel social alto, políglota y traductora. Y, como la protagonista de ‘Novelera’, premeditadamente esconde su identidad.

La propia Clara cuenta que su madre era rusa y tenía facilidad para los idiomas, y los Quintero añaden que tradujo ‘Marianela’ al francés. La única traducción de esta conocida novela de Pérez Galdós al francés realizada por una mujer fue la de Marguerite Clachard, en 1907 (11). De esta traductora, sin embargo, no existe ninguna otra noticia más, lo que nos induce a pensar que el nombre podría ser un seudónimo ocasional de la madre.

Y a falta de mayores certezas, es inevitable prestar atención a otro tipo de pruebas circunstanciales que puedan aportar alguna posible pista sobre los antecedentes familiares de nuestra periodista. Y una de esas posibles pistas la encontramos en la firma R. Candiani, de la que no hay manera de saber si la “R” corresponde a un nombre de hombre o mujer. No existe ningún otro tipo de información más allá de sus trabajos publicados, pero que aparentemente están estrechamente relacionados con nuestra protagonista.  R. Candiani traduce del ruso al francés a Tolstoi (1896), y Tourgueneff (1900); y del polaco a Sirko-Sieroszewski. Escribe artículos de opinión en revistas como La Revue Politique et Litteraire y, por último, dirigido a un público infantil, escribe “Les Ronbinsons de la Nouvelle-Russie” (1899) y “Au clair de la lune”, esta última publicada en 1902, precisamente el mismo año del nacimiento de Clair Mille, la pequeña Clara Candiani. Son demasiadas las coincidencias para no pensar que estamos ante la persona que le proporcionará el apellido o ante la misma madre de nuestra periodista con otro seudónimo.

La emigración de Rusia

El entrevistador de los Quintero, influenciado quizás por el ambiente político de su tiempo, señala a los bolcheviques como los que provocaron la huida de estas mujeres “de la nobleza” rusa de su país. Pero en realidad el movimiento bolchevique arrancó en 1903 y para entonces hacía ya un año que Clara había nacido en París, por lo que la emigración de la familia materna debió ser bastante antes, y las razones otras.

Que el padrino de Clara fuera el filósofo Jacques Maritain nos puede ofrecer una nueva pista, y, en realidad, más que él, su mujer, la poeta y filósofa Raïssa Maritain, de soltera Raïssa Oumançoff (1883-1960) (12). Raïssa y su familia, de origen judío, emigró de Rusia huyendo de los pogromos  antisemitas que se produjeron en Rusia a finales del siglo XIX y principios del XX. Dos millones de judíos huyeron de Rusia entre 1880 y 1913, teniendo como destino principal los Estados Unidos. Pero algunos se quedaron en Francia, como fue el caso de la familia de Raïssa en 1893. Entre 1900 y 1914 se produce un incremento espectacular de la emigración rusa que en 1911 alcanzará la cifra de 35.000, principalmente concentrados en París (13).

Muchos de los emigrantes judíos escondieron su condición para evitarse problemas, y eso que en Francia fue el primer país europeo que emancipó a los judíos como consecuencia del asunto Dreyfus. Pero a pesar de eso, parece que los padres trataban de no trasmitir a sus hijos el recuerdo de las circunstancias que les obligaron a emigrar y, así, las autobiografías de niños de emigrantes, intelectuales y artistas que se convirtieron en franceses tienen escaso recuerdo del viaje de sus padres. Es el caso de Raïssa Maritain, que en su autobiografía silencia sus orígenes judíos -su padre y abuelo eran judíos practicantes, razón de su huida de Rusia- y se limita a escribir que sus padres emigraron motivados por la búsqueda de una vida más digna y libre (14). Pensamos que éste podría ser el caso de la madre de Clara, quien estaría unida por lazos de amistad con Raïssa y que cuando se convirtió junto con su marido al catolicismo, procedente él del protestantismo y ella del judaísmo, apadrinaron a la pequeña Clara.

Carrera periodística en España

Dejando a un lado los oscuros antecedentes familiares de nuestra periodista, nos detendremos en los detalles de la actividad profesional de Clara Candiani anterior a su regreso definitivo a Francia.

Aunque residía en España, el prestigio de su padre en Francia le acompañaba. En 1923, con 21 años, organiza en Paris una fiesta “española” cuya convocatoria tiene gran eco en la prensa francesa y española. En un local de moda de Montparnasse, en medio de un ambiente marcado por el teatro de los Quintero y la poesía de Bécquer, Clarita Candiani, la “hija del cuentista Pierre Mille”, se siente más sevillana que donostiarra (15).

El entrevistador del diario Crónica cita las primeras crónicas de la joven Candiani en los diarios donostiarras El Pueblo Vasco y La Voz de Guipúzoca, o con el pseudónimo “El que pasa” en el diario La Prensa. Ella misma, en la entrevista que le hacen en Madrid, nos pone sobre la pista de lo que supondrá un importante salto en su carrera profesional: la entrevista que realizará al presidente argentino Alvear en Hendaya (16).

De este modo queda recogida la anécdota en la entrevista:

“Evocando aquella época de iniciaciones, mademoiselle Mille -hija del gran cuentista Pierre Mille-, me refiere cómo logró, enviada por El Pueblo Vasco, su reportaje más difícil: el del Presidente Alvear.

-Habían telegrafiado las agencias a la Redacción que el jefe de Estado argentino venía a España dispuesto a negarse en absoluto a conceder interviús. “¿Quiere usted intertar cazarle?”, me dijeron. “Probaré, respondí. y me fui a Hendaya, al acecho del personaje. Dos horas estuve esperando su arribo al Hotel de la Playa, escondida en el hall. Me batía el corazón el pecho. ¿Llegaría aquel hombre por Hendaya, como estaba anunciado? ¿Sería adusto, impenetrable? ¿Fracasaría mi intento?… Cuando el conserje me dijo: “Ahí está”, corrí hacia Alvear, y cortándole el paso, le espeté, lo más románticamente que pude: “Señor Presidente: Ninguna mujer habrá esperado nunca a Su Excelencia con tanta angustia y con tanto placer como esta que os habla…” Sorpresa, sonrisas; el secretario de Alvear, que se retira discretamente, porque husmea la aventura, y… yo, que emprendo una hora más tarde el regreso a San Sebastián, con la interviú concedida.

-Completamente vodevilesco y franco-argentino… Ahora, cuénteme usted otra de ladrones, deliciosa Clarita.

De ladrones no sabemos, pero podría contarle numerosas anécdotas de entrevistas realizadas a dictadores como Primo de Rivera y reyes como Alfonso XIII.

En 1924, residente en Madrid, realizará su primera entrevista al dictador Primo de Rivera, que será publicada en Le Figaro, y tendrá un importante eco en la prensa española. Así, en el diario Heraldo de Madrid reproducirán en primera plana algunas partes de la entrevista, referidas a la perpetuación del dictador en el poder, la cuestión de Marruecos, y la condena contra Miguel Unamuno por sus opiniones contrarias a la dictadura (17). Esta entrevista, la primera de tres que tendrá con el dictador, señala perfectamente las cuestiones que preocuparán a Clara Candiani en su actividad periodística, el problema de la descolonización de los territorios africanos y asiáticos, y el de la libertad de expresión y solidaridad con los intelectuales perseguidos.

Como ya hemos dicho, a partir de 1925 se establece definitivamente en París, aunque realizará frecuentes desplazamientos relacionados con su actividad periodística, que a pesar de su juventud contará con el reconocimiento del mundo de la prensa. El diario La Libertad de Madrid recogerá en sus páginas en 1926 el regreso de Clara Candiani a París en estos términos: “Regreso de una escritora / Clara Candiani a París : Ayer regresó a París nuestra ilustre compañera Clarita Candiani, después de haber cumplido brillantemente la misión que la trajo a España./ Ha celebrado interesantes entrevistas con varias personalidades de la política, que habrán de ser publicadas en “El Figaro”, del que es uno de los más prestigiosos colaboradores.” (18)

Conocimos a Clarita con 19 años en la inauguración de las Casas Baratas de Altza, como por casualidad, atraídos por su tono y sensibilidad. Después de aquella primera impresión, hemos podido confirmar que estábamos ante una mujer dotada de unas cualidades y sensibilidad poco corrientes y que conquistó en poco tiempo el reconocimiento de sus compañeros de oficio, aquí y en París.

Referencias:

(1)    AHM - Altzako Historia Mintegia: “‘Luz y aire para los obreros’: 100 años de las Casas Baratas“. En: estibaus.info, 17-08-2017,

(2)    Radio France Archives de Clara Candiani (1925-2013). Répertoire numérique détaillé du versement 20130149. Établi par Anne Briqueler, Yannick Vallot et Aurélie Zbos Service Archives écrites et Musée - Direction générale déléguée - Radio France. Première édition électronique. Archives nationales (France), Pierrefitte-sur-Seine, 2013

(3)    Queralt Solé, Gemma Caballer: “Aproximación biográfica a Josep Maria Trias Peitx (Barcelona, 1900 - Prada de Conflent, 1979): un hombre de Unió Democràtica de Catalunya (UDC) clave para el exilio republicano en los campos de internamiento franceses”. En: Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, 12, 2013, pp. 172, 173. “Trias Peitx conoció a la que se acabaría convirtiendo en su esposa, Clara Candiani -pseudónimo de la periodista Claire Mille-, durante la Guerra Civil Española. Candiani militaba en el bando radical socialista francés y se encontraba en España cubriendo el conflicto bélico para el diario La Dépêche. Se casaron en 1939, ya en Francia, y Clara se convirtió en una decidida colaboradora de Trias Peitx en todas las iniciativas en las que este participó a lo largo de su vida. La evolución ideológica de Trias Peitx a lo largo de su exilio estuvo fuertemente marcada por su unión a Clara Candiani, militante de la izquierda radical francesa. El matrimonio con Candiani, en general, no fue bien visto por su familia y compañeros de partido, ya que a las ideas políticas de Candiani -radicalmente opuestas a las de UDC- había que añadir el hecho de ser madre soltera. Además, el exilio voluntario de Trias Peitx en Francia lo alejó de todos sus compañeros de Unió y lo acercó, lógicamente, a los círculos intelectuales de su esposa, hecho que provocó un distanciamiento de la ideología más conservadora encarnada por Unió, aunque Trias nunca abandonó su consciencia profundamente cristiana.”

(4)    “El terrorismo franquista en Francia“. En: www.nodulo.org. París, 1975

(5)    “La aventura española de Clara Mille Candiani, escritora y periodista francesa que inspiró a los hermanos Quintero su figura central de ‘Novelera’”. Crónica, 1931-08-16, pág 8.

(6)    “Una interviú sincera con los hermanos Quintero en Fuenterrabía, que es, según ellos, un lugar sembrado de comedias”. Heraldo de Madrid, 1930-08-19, pág. 7.

(7)    José Manuel Vidal Ortuño: “Un estudio sobre el teatro de los hermanos Álvarez Quintero“, En: MVRGETANA Nº 124 (2011). Pags. 227-232.

(8)    Christine Luce : «Pierre Mille, Le Théâtre du Grand Guignol et Comment la baleine perdit ses pieds»

(9)    Clara Candiani en Wikipedia. Béatrice Didier, Antoinette Fouque, Mireille Calle-Gruber (éd.), Le Dictionnaire universel des créatrices, Paris, Éditions des femmes, 3 vol., 2013.

(10)Cimetière de VAUGIRARD

(11)Luis López Jiménez: “Marianela de B. Pérez Galdós, en Francés“. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

(12)Raïssa Maritain en Wikipedia.

(13)Catherine Gousseff: « Les Juifs russes en France. Profil et évolution d’une collectivité ». Págs. 7 y 8.

(14)Ibidem, pág. 8

(15)”Reflejos de París - Fauna y flora - El camaleón de Monteparnaso”. El Sol, 1923-03-31

(16)Marcelo Torcuato de Alvear fue embajador de Argentina en Francia desde 1916 hasta que fue elegido presidente en junio de 1922, aunque no retornó a su país hasta septiembre, por lo que la entrevista debió tener lugar en ese intervalo de tiempo. Ver Marcelo Torcuato de Alvear en Wikipedia.

(17)El Heraldo de Madrid. 1924-04-23, pág. 1.

(18)La Libertad, 1926-11-12, pág. 4

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