AHM
El ayuntamiento de Pasaia insiste en su falsificación histórica y trata de imponer políticamente lo que no ha conseguido en los tribunales. Tres años después de que el TSJPV dictara su sentencia definitiva al respecto, desde Pasaia vuelven a la carga para repetir una y otra vez su cuento y tratan de probar fortuna por la vía política confiando en que, en esta ocasión, la Diputación gobernada por Bildu acceda a satisfacer sus pretensiones.
Es una barbaridad, se mire por donde se mire. Es inconcebible que un municipio pretenda anexionarse una población mayor en número, con su territorio, utilizando como argumento que un rey absoluto de hace doscientos años así lo decretara. De entrada, el dato histórico es falso, pues no existe ninguna orden real que establezca tal deslinde, y el auto de Vargas Ponce en el que se basa la delimitación de términos que defiende Pasaia no pasó de ser un acto administrativo que no llegó a ninguna parte. El propio Vargas Ponce así lo reconoce en la correspondencia reservada que mantiene con el gobierno hasta que es cesado en sus funciones en 1807 sin haber consumado su proyecto.
No vamos a aceptar de ninguna manera que se nos utilice a los altzatarras y nuestro territorio para resolver los problemas económicos del municipio de Pasaia, porque no hemos tenido nada que ver ni en su origen ni gestión. Sólo nos quieren para recaudar nuestros impuestos y construir en nuestros terrenos, pero no somos simples objetos de mercadeo político ni económico, tenemos dignidad.
Parece mentira, pero aquí y ahora, doscientos años después, nos vemos en la necesidad de repetir las palabras que la entonces Aldea de Altza utilizó con éxito ante las instancias gubernamentales para paralizar los planes de Vargas: “[La Aldea de Alza] clama por sus términos, y por sus caserios, se queja de que contra su voluntad y las ventajas de sus habitantes se les obligue á contarse por de otro domicilio, á vivir bajo autoridad estraña, y á depender de otros hombres y de otros intereses.”