De cuando la barquera Domengina de Igeldo mató a un capitán francés en Molinao
Lope de Isasti, 1625
“Asimismo ha tenido y tiene este lugar mujeres varoniles que sin temer las tormentas del mar, han acudido con chalupas a atoar, y meter en el puerto galeones de las armadas reales y otras naos que vienen de Terranova y de otras partes, remando con gran esfuerzo como si fuesen varones, en falta de los marineros que andan por la mar en sus viajes, que las han librado de manifiestos peligros y reconocido sus dueños, alabándolas por ello, que es cosa rara aun en la misma costa de Guipúzcoa. Del valor de semejantes mujeres habló en particular Estrabon (feminis aeque rebur ad bellum ac viris), en cuanto toca a las armas, porque también son inclinadas a ellas, y por muchos rumores que ha habido de guerras no se ha oído jamás que hayan desamparado su patria, sino procurado defenderse. De una llamada Domengina de Igueldo, se dice por cosa notable que el año de 1522 estando apoderados los franceses de la villa de Fuenterrabia, de donde salían algunos a hacer correrías por los lugares comarcanos, llegó un caballero de ellos con su caballo bien armado y acompañado de muchos soldados de a pie, al paraje que llaman Molinao a la orilla del brazo de mar, haciendo el mal que podía, y la Domengina se acercó a él con su chalupa con un tiro de artillería que llaman verso [media culebrina, de 4 a 5 cm de calibre]. Asestó para él y le disparó de tal manera que le derribó y mató. Y sus soldados le ataron con el mismo caballo y le llevaron a enterrar. Y con esto cesaron las correrías por aquellas partes.” (más…) »