Biografía de Félix Iranzo Expósito
Manolo Iranzo Peris - AHM
En el callejero de Altza apenas se pueden encontrar nombres de altzatarras que se hayan significado por su dedicación profesional o proyección pública. Uno de esos pocos casos es el de Félix Iranzo, quien desde 1998 da nombre a un paseo del barrio de Santa Bárbara. Entre nosotros, Félix Iranzo es conocido por sus numerosas fotografías, en las que reproduce la gente, el ambiente y los edificios de los años 60 y 70 en Altza, y de las que guardamos copia en la Colección Local.
Pero sobre todo destacó por su actividad dentro del movimiento asociativo de personas jubiladas y pensionistas en Altza y Euskal Herria, motivo por el que le dieron su nombre al paseo. Hace cuatro años publicamos en Estibaus un artículo para hablar de su faceta de jubilado en acción y en la que dábamos una breve reseña bibliográfica. Ahora nos hemos propuesto completar su biografía personal y familiar, y para ello hemos contado con la ayuda de su hijo Manolo.
Félix nació en Requena (Valencia) el 10 de marzo de 1912. Sus padres eran Santiago Iranzo García y Maximina Expósito García. La pareja tuvo cinco hijos, una chica y cuatro chicos, siendo Félix el tercero de los cincos hermanos.
En los primeros años de juventud empieza a trabajar en una farmacia en Requena. Cuando tenía unos 18 o 19 años la familia se traslada a vivir a Valencia capital. En esas fechas la República estaba dando sus primeros pasos. El ambiente político de la época impregnaba la vida familiar que se movía en el entorno de la CNT, aunque no hay datos de si Félix llegó a estar afiliado.
Félix era un joven muy activo, inquieto y con una gran creatividad. Profesionalmente se dedicaba a montar y a arreglar aparatos de radio. En su tiempo libre, le gustaba pintar cuadros, afición que continuó durante toda su vida. En aquella época, pintó un cuadro para una iglesia que después sería quemada. Estas labores las compagina con los trabajos en el campo que realizaba junto con toda la familia.
En plena Guerra Civil, el 6 de junio de 1937, se casa por lo civil con Remedios Peris Asensi. En 1938 nace el primer hijo de ambos, al que ponen por nombre Amor. Al finalizar la Guerra Civil se ven obligados a cambiarle el nombre de Amor por el de Félix, como el padre.
Toma parte en la Guerra Civil como teniente de sanidad del ejecito republicano, conduciendo una ambulancia. Estando destinado en el frente de Teruel, interviene en la operación de apendicitis que le practicaron a Remedios, su mujer, en una tienda de campaña en la zona de Barracas (Castellón).
En 1939, tras la caída de Valencia en los últimos días de la guerra civil, detienen a su hermano Sebastián, capitán del ejército republicano, y también a su padre. Félix consigue escapar y no ser detenido. El padre morirá en la cárcel de una enfermedad. Sebastián, tras un largo tiempo preso será excarcelado gracias a las relaciones que tenía su mujer, María, con miembros del nuevo régimen.
Una vez finalizada la guerra civil, Félix intentó abrir una fábrica de juguetes de madera. Tenía la patente de un muñeco, un caballito de madera, pero le quitaron la patente y el local que tenía preparado para la fabricación. Al no poder llevar este proyecto adelante empieza a trabajar como barbero junto a su hermano.
En aquellos años de posguerra, la atmósfera social de Valencia se hacía agobiante para muchos de los y las que habían perdido la guerra. Félix era una de ellos. En 1945, decide junto a su hermano más pequeño, Jesús, irse para el norte y atravesar ilegalmente la frontera con Francia. En Valencia, se queda Remedios, su mujer, y sus hijos Félix (Amor) e Isabel, que había nacido en 1941. Con ellos se quedan también su madre Maximina y sus otros tres hermanos. En ese viaje hacia Francia, llegan a San Sebastián, donde al ver las posibilidades laborales que había en la capital guipuzcoana, deciden quedarse y probar fortuna.
Félix empieza a trabajar de barbero en Pasaia, donde vive de patrona. Meses más tarde, comienza a trabajar en la fábrica de Luzuriaga. Encuentra una vivienda en el caserío Txipres y decide reagrupar a su familia. En 1947, viene su mujer con sus tres hijos, Félix, Isabel y José Luis, que acababa de nacer. La familia se instala en el piso de arriba del caserío, al que se accedía por una escalera lateral.
José Luis Antoñana / Félix Iranzo (1949)
Los pequeños Félix e Isabel iban a la escuela de Pasai Antxo, mientras que el más pequeño, José Luis, se quedaba en casa. Remedios empieza a trabajar en el bacalao, en la PYSBE. Iba y venía todos los días andando. Solía contar que al volver del trabajo cogía un saco de carbón en Pasaia, y con él en la cabeza y el fardo de pescado subía andando hasta el caserío Txipres. Félix, por su parte, además de trabajar incluso hasta 14 horas en Luzuriaga, iba después a meter alguna hora más a la peluquería de Antoñana, que estaba en el centro de Pasai Antxo, frente a la iglesia.
Cuando la situación económica mejora se trasladan a Pasai Antxo, a una habitación con derecho a cocina en la que dormían los cinco. La casa era de un guardia civil, carabinero de aduanas del puerto. Remedios solía contar entre lágrimas, cómo este guardia civil traía chocolate u otros productos de estraperlo, y se los daba a los dos hijos que tenía, mientras que nunca fue capaz darles nada a sus hijos, que le solían mirar con una carita.
Con 43 años, Remedios se vuelve a quedar embaraza. Entonces la familia decide irse a vivir a Molinao, a la primera casa que hay a la derecha bajando por el camino de Molinao desde Arriberri. En esta casa nacen Vicente y Manolo en el año 1955.
La barriada de Santa Bárbara se comienza a construir. El primer edificio que se construye es el bloque A, donde compran la vivienda nº 7 de la planta baja. En el año 1956, con el bloque aún en obras, se trasladan a vivir a la nueva casa.
Barriada de Santa Bárbara
Unos años más tarde, aunque Félix sigue trabajando en Luzuriaga, montan en el bloque C de Santa Bárbara una peluquería de “Señoras y Caballeros”. La hija, Isabel, que había aprendido peluquería en San Sebastián, se encarga de las mujeres, y el padre, Félix, junto con su hijo José Luis “Pelucas” de los hombres. La peluquería estaba al lado de Confecciones Conchi, en el local de Luciano, también estaba el “mudo” que arreglaba zapatos, el carbonero, la carnicería de Sabino en la esquina y el estanco de la hermana de Sabino.
Eran los años en los que la televisión empezaba a entrar en las casas. Una de las primeras que hubo en Santa Bárbara la compró Félix. Era una televisión que funcionaba con monedas. Tenía una caja negra donde se introducían las monedas y la televisión se ponía en marcha. Cada mes venía Tadeo, de la tienda de Galerías Central de la Calle Miracruz de Donostia, a recoger el dinero de la caja y lo apuntaba en un cuaderno, descontándolo de la mensualidad que tenían que pagar. En la tapia de detrás del bloque A se ponían los chavales a ver la televisión. También los mayores sobre todo cuando había toros. Pero cuando la tele se averiaba iban al bar Santa Bárbara. Los chavales compraban un chupachups y veían Locomotoro.
Félix también se dedica a la fotografía. Obtiene varios títulos como fotógrafo profesional. Monta un estudio fotográfico en una habitación de la casa de Santa Bárbara. Las fotografías que sacaba las exponía en la vivienda en un cuadro muy grande y también colgaba otro en la pared, al lado de la tienda de Velasco en Roteta. Aunque sacaba todo tipo de fotos en fiestas, bodas, actos festivos, etc.; a Félix le gustaba sobre todo sacar fotos en las carreras de moto-cros, deporte del que era un gran aficionado.
Era miembro de la Asociación Fotográfica de Gipuzkoa y participaba en concursos de la asociación. Ganó diversos concursos de fotografía. Uno de los más famosos fue el que ganó en Bizkaia con el salto de los Mendizabal en una carrera de moto-cross. Era amigo íntimo del fotógrafo Juan Aygües que tenía el estudio en la calle Mirakruz y que era también valenciano como él. También tuvo mucha relación con Maturana o Zarranz de Herrera. De todos ellos recibió mucho apoyo. Hasta su jubilación siguió con su cámara reflejando la vida altzatarra y la del entorno.
Una anécdota relacionada con esta actividad de Félix ocurrió un domingo por la mañana cuando Alonso, el fotógrafo que había en Roteta, al lado de la Peña Serranito, fue a su casa a llamarle la atención por los reportajes fotográficos que hacía en el barrio. Félix le pasó al estudio, le enseñó la documentación que tenía como fotógrafo profesional, las fotos de los concursos que había ganado y Alonso se tuvo que ir por donde había venido y diciéndole que si necesitaba cualquier cosa ya sabía dónde estaba.
Siempre estuvo muy implicado en el mundo asociativo en el entorno de Santa Bárbara y Roteta. Al principio en la Asociación de Cabezas de Familia de Roteta, y posteriormente en la Asociación de Vecinos de Altza. Uno de sus logros más importantes fue la urbanización de Santa Bárbara.
Félix decía que no quería jubilarse y acabar en un asilo sin hacer nada hasta que le llegara la muerte. Tenía mucha relación con Antonio Varona, y pensaron en hacer algo para que los jubilados tuvieran un sitio donde poder relacionarse. Se pusieron manos a la obra para poner en marcha una sociedad popular de jubilados, a la que pusieron el nombre de “Aitonak”.
Club Aitonak de Santa Bárbara (1976)
Fue nombrado presidente del Club Aitonak de Santa Bárbara y a continuación se pusieron a montar la Asociación Guipuzcoana de Jubilados y Pensionistas de la que también fue presidente. Contaron con un gran apoyo de Aizarna, que era presidente de la Diputación. Un día Aizarna le dijo a Manolo, el hijo de Félix, “a tu padre no se le puede decir que no, porque nos pide las cosas que parece que nos las da”. También fue uno de los fundadores de la Federación Territorial de Jubilados y Pensionistas del País Vasco-Navarro. En reconocimiento a su labor a favor de una vida digna para las personas mayores, fue elegido Presidente Honorario de la Asociación Guipuzcoana. Señalar también el trabajo que desarrolló para la puesta en marcha la Fundación Matía, contando para ello con el apoyo entre otros de Carlos Garaikoetxea y Ramón Jauregui.
Publicó un libro con el título “Trece años de lucha contra la marginación 1976-1989″, editado por la Asociación Guipuzcoana de Jubilados y Pensionistas, en el que da cuenta de la gestación de los primeros hogares de personas mayores en el seno de las Asociaciones de Vecinos de barrios y pueblos, surgidas en los años finales del franquismo, así como de la creación de la Asociación Guipuzcoana de Jubilados y Pensionistas.
Asociación Gipuzcoana de Jubilados y Pensionistas (1976)
En los últimos años de vida su enfermedad le llevó a potenciar y fundar en el año 1990 la Asociación de Ostomizados de Gipuzkoa. Falleció en Donostia, el 7 de marzo de 1991.
En 1998, a propuesta de la Asociación de Vecinos “Elkartasuna”, el Ayuntamiento de Donostia le dedicó su nombre a un paseo del barrio Santa Bárbara.