«aiuntados en el campo
de Estibaus segun que lo havemos de uso de costumbre de nos juntar...» (Altza, 1390)

Landarro

El patrimonio histórico y el paisaje son una parte importante de la personalidad de un pueblo o una ciudad. Es una idea tan obvia que incluso aparece recogida en el avance del nuevo Plan General de San Sebastián, en los diagnósticos y objetivos, pero al abordar las actuaciones se ve a las claras que lo de “Patrimonio y Paisaje”, título que encabeza este capítulo en el Avance, no va con Altza. Nos recuerdan una vez más que para estos temas Altza no es Donostia.

Desde la perspectiva del Ayuntamiento todo Altza no es más que una “bolsa de suelo”, -expresión literal que utiliza el Avance para calificar el cerro de Landarro, espacio rural pegante al parque de Molinao-, donde no cabe hablar ni de patrimonio ni de paisaje, solo de urbanizar.

Así se explica que en el espacio del antiguo término municipal de la Villa de Altza, poco más de un quinto del término donostiarra, el nuevo Plan contemple la construcción de más de la mitad de las viviendas proyectadas para la ciudad. En el Avance hablan de no ocupar nuevas zonas rurales y naturales, pero, una vez más aplican “la excepción altzatarra”: el nuevo plan para Auditz-Akular expande la superficie de las 3.000 nuevas viviendas ocupando todas las zonas altas de las lomas, sustituyendo el actual paisaje rural de montes y campo verde por otro urbano con bloques de viviendas.

A la derecha, loma de Eguzkitzakogaina donde planean construir bloques de viviendas

Esa misma lógica es la que se aplica dentro del entramado urbano, en Herrera, por ejemplo. Los 5.000 m² de zona verde que le corresponde por ley al desarrollo de Zardoya-Otis el Ayuntamiento los ha llevado a Erregenea, en la falda de Igeldo, con el único fin de asegurar la rentabilidad del promotor. Más aún, además de negarnos el derecho de disfrutar de un paisaje urbano verde y saludable, nos niegan el derecho de disfrutar de los nuevos usos que podría tener un valioso elemento de nuestro patrimonio industrial como es Oxigraf, que los planes condenan a desaparecer.

Solo un ejemplo más de todo lo que estamos diciendo: lo que están haciendo, y dejando de hacer, en el gran parque de Lau-Haizeta. En Garbera, el Ayuntamiento ha autorizado, a cambio de una buena suma de dinero, aumentar considerablemente en altura y volumen el centro comercial. Cuando se instaló hace 25 años, en pleno Lau-Haizeta, lo hicieron de color verde y con una altura que no sobresalía en exceso en el horizonte, todo ello con el objeto de paliar el impacto paisajístico. El nuevo gran edificio se levanta dominante en el horizonte, con un escaparate orientado a la ciudad donde destaca una fachada amable de grandes jardines verticales, al tiempo que al otro lado, pegante al parque de Larratxo y el paseo que va del Casco de Altza hacia Lau-Haizeta, nos muestra la trastienda, una fachada alta, gris, dura y metálica.

A la izquierda, el viejo Garbera con Ametzagaina al fondo, el nuevo Garbera en el centro, y a la derecha el caserío Garbera

En la trastienda del centro comercial se encuentra el histórico caserío Marrus. De propiedad  municipal, sigue en un vergonzante estado de abandono, sin ningún plan, cuando muy bien podría ser el centro de interpretación que necesita el parque de Lau-Haizeta, donde presentar la riqueza arqueológica (Paleolítico de Ametzagaina, Neolítico de Txoritokieta), histórica (fuertes decimonómicos), rural y natural del parque.

Por ese mismo lugar pasa el Camino de Santiago, -el histórico, no el turístico que han promocionado las últimas décadas por Ulia y la Zurriola-, parte de una red caminera que desde la Edad Media cruza de un extremo a otro el parque de Lau-Haizeta y la zona urbana de Altza, sin merecer la menor consideración por parte del Ayuntamiento.

No nos vamos a extender aquí sobre lo que AHM ya ha demandado con anterioridad al Ayuntamiento en lo referente al patrimonio (ver abajo). Este año 2024, sin ir más lejos, hemos registrado una petición interesándonos por la desaparición del mojón Altza-Astigarraga con la construcción de la nueva carretera Petritegi-Polígono 27, sin que se hayan dignado a responder. Así mismo, hemos solicitado un plan para la casa consistorial altzatarra, despojada actualmente de todo uso, y hemos presentado una alegación para que un tramo original de la histórica calzada/camino real que unía Donostia y Errenteria en Molinao sea registrado como patrimonio municipal y protegido. La respuesta a todo ello por parte del Ayuntamiento es la habitual: silencio e indiferencia.

“¡Tenemos un plan!”, reza el eslogan del Avance del Plan General, y así es, un plan que ve a Altza como una gran bolsa de suelo destinada a resolver las necesidades de vivienda de San Sebastión y donde no cabe hablar ni de patrimonio ni paisaje. El Avance del Plan viene a profundizar en la política de destrucción del patrimonio que el Ayuntamiento plan tras plan está llevando a cabo y a los ciudadanos nos corresponde denunciar su indiferencia e hipocresía y exigirles que los diagnósticos y los objetivos que plantean se apliquen en las actuaciones a realizar en Altza.

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