Distritos
Elena Arrieta Yarza
El actual territorio que conforma la ciudad de Donostia se hace grande e incontrolable. Grande, no porque se haya agrandado dimensionalmente desde 1940, con la incorporación de Altza, ya que incluso se ha hecho más pequeño desde entonces. Es grande por lo incontrolable en su conjunto y porque en las últimas décadas se está viviendo un desarrollo en servidumbre de lo que se llama la periferia con respecto a un centro que, sometido a su vez al turismo, cada vez requiere más y más.
La solución podría venir por el establecimiento de distritos, algo que funciona en otros municipios, algunos más pequeños como el de Pasaia. La descentralización podría dar respuesta a muchas preguntas, a muchos compromisos incumplidos. Pero choca de frente con algo que parece insalvable: con la inquietud, la inseguridad, la mediocridad de los políticos municipales y provinciales que perciben que se “remueven” sus asientos.
Pensemos en los distritos como una gestión posible, una buena idea más cercana a las diferentes realidades de la ciudad, no como enfrentamiento, que es lo que la mediocridad de la que hablo más arriba esgrime como arma, -que no como argumento- sino como gestión digna, acorde con los tiempos y con el desarrollo de una ciudad dinámica, moderna, diversa, con diferentes núcleos de desarrollo, porque no todos somos iguales y tampoco lo son nuestras expectativas.
Todo eso, en contra de la opinión de quien se esfuerza por mantener el control de algo que se le está yendo de las manos, no es malo. Por el contrario, enriquece a la ciudadanía y crea un campo de intervención ciudadana mucho más activo que podremos dejar a las siguientes generaciones.
2010, 18 de Mayo
Ondo iruditzen zait