Cómo revisar el Plan General: una asignatura pendiente con Altza
Altza XXI
Desde la última semana del mes de febrero, los donostiarras hemos asistido atónitos al debate entre concejales donostiarras de distintos grupos políticos sobre cómo abordar la operación de edificación de 3.000 viviendas en Auditz-Akular (interesadamente bautizado también como “el ensanche de Altza”). Para el Alcalde y su grupo, basta con modificar puntualmente el Plan General y el resto de grupos de la oposición opinan que haría falta una revisión. ¿De qué hablan?.
Efectivamente, como ya recogió en sus alegaciones de julio de 2000 el colectivo ciudadano ALTZA XXI una operación de esta envergadura requiere de la figura legal de la “revisión de Plan General”, puesto que supone un replanteamiento de los criterios y objetivos de ordenación urbana de un territorio tan amplio que afecta a la estructura general de la ciudad. En contraposición, la “modificación puntual de elementos del Plan General” es una alteración puntual que no debe superar la limitada entidad que por ley le corresponde.
Además, transcurridos casi ocho años desde la aprobación del Plan General anterior se ha cumplido el plazo legalmente previsto para que se ponga en marcha su revisión. Por lo tanto, opinamos que no cabe hurtar a la ciudad el debate global que supone la revisión a través de la figura de modificaciones puntuales, al igual que lo están entendiendo, afortunadamente, la mayoría de grupos municipales.
Ahora bien, puestos a revisar, desde Altza encontramos que sería de desear que el Ayuntamiento de Donostia haga un verdadero esfuerzo en revisar, no sólo los terrenos donde construir o las nuevas infraestructuras viarias, sino también su manera de hacer urbanismo.
Sería deseable que se incorporase a una idea moderna de auténtica participación ciudadana, a una filosofía de Administración urbanística propia de nuestra época, de manera que sobrepasando la clásica labor de preparar suelos para construir y crecer porque sí, hiciese suya la labor de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Así vería que antes de construir más en Altza tiene una asignatura pendiente: darle coherencia a este maremagnum edificatorio hoy existente, fruto de los desmanes urbanísticos de las últimas décadas que el Ayuntamiento donostiarra autorizó y que convirtió nuestro entorno en desagradable e inhóspito.
Y diremos más. Aprobar esa asignatura pendiente pasa por entender que la planificación de Altza debe hacerse desde Altza, y no desde la C/ Igentea, donde se ubica nuestro magno ayuntamiento. Altza ha tenido y tiene entidad suficiente para ello y responderá con más acierto a sus propias necesidades.
Estamos convencidos de que Altza reivindica y debe tener un Plan hecho desde el propio Altza cuyo punto de partida u objetivo inicial debe ser el de recuperar la calidad de vida de la actual población: espacios libres de calidad, equipamientos variados y accesibles, mejora del sistema viario local y de conexión al exterior, humanización de la calle y su accesibilidad peatonal, servicios administrativos generales y particulares adecuados al tamaño de la población, respuesta a las necesidades de ocio y tiempo libre de jóvenes, niños y mayores, cumplimiento de los estándares de aparcamientos públicos, etc.
Ese es el mejor Plan General para Altza y el Ayuntamiento debe entenderlo así porque es el primer responsable de las carencias con las que se ha desarrollado el entorno.