Pincelada de agosto
Elena Arrieta Yarza
A finales de Julio se ha cerrado el Pub Erroak. Pedro Alvarez se ha cansado. Ha aguantado años haciendo frente a la desolación que se nos ha marcado. Cuando abrió en su momento, nos cautivó eso de tener un “pub” en Herrera. Era un rincón agradable con música y marcó un ambiente diferente. Ya van muchos los bares y comercios (tiendas de comestibles, ferretería…) que se han ido cerrando en los últimos tiempos en la parte baja de Herrera y todo ello ha ido diferenciando las zonas del mismo Barrio, como Gaiztarro/Artazkoenea, Ciudad Jardín San Antonio/Kazkarre de tal manera que hay quien no los considera parte de Herrera.
Como este Barrio no es ni más ni menos que otros, resurgirá sin duda, pero no será sin esfuerzo y no será igual. El desmantelamiento ha sido terrible en los últimos nueve años, casas, árboles, tiendas, bares…, y con ellos parte de la vida del vecindario. Se ha hecho de tal manera que en unas semanas se han borrado por completo de nuestro recuerdo; han hecho desaparecer los lugares en donde estaban y parece como si no hubieran existido nunca. Es curioso este sentimiento, hasta la gente como yo que se empeña en recordar la Caseta de RENFE con el mojón de Altza, la tienda de Erasmo, el Zubipe, por nombrar a algunos, tenemos dificultades para situarlos en el tiempo y en el espacio.
Estamos asistiendo con una aparente indiferencia a la desaparición de un núcleo poblacional importante en el entorno altzatarra, el de Herrera. A lo mejor no es malo y esto propicia el surgimiento de otras zonas, pero lo que es denunciable es la forma en la que se está haciendo. Se ve claramente cuando se observan zonas como Riberas de Loiola o las nuevas edificaciones del Antiguo. La comunión entre lo nuevo y lo antiguo es una realidad, pero una realidad buscada desde las instituciones. No es como nuestro caso, en el que cada institución está yendo a su aire, han decidido voluntariamente o por simple ignorancia, aislarnos del Puerto de Pasaia, aislarnos de Larratxo y convertirnos ¡una vez más! en un enjambre de carreteras -no de calles- con un añadido de simulacro de zonas de paseo.
Y que conste que no es pesimismo, sino un análisis basado en los hechos, en nuestro diario vivir, observando horas y horas lo que se está haciendo y adivinando, por falta de información, lo que parece que va a quedar; las dificultades de movilidad de las personas de edad, no sólo movilidad física sino social, sin que parezca importarle a nadie, es tan evidente que asusta.
Desde la terraza de los tejados de las casas altas del Barrio, con una vista panorámica que no tiene precio, veo bonito mi Barrio: Gaiztarro/Artazkoenea, Kazkarre, Calzada de San Ignacio, el Jardín del Tilo -la única zona de árboles de porte que nos queda y que parece también destinado a desaparecer para dar paso a otra carretera o a un frontón- la proximidad de la belleza del Puerto de Pasaia… Por eso da pena lo que nos hacen, porque algunos sabemos que es cierto lo que otros niegan o lo que es peor, lo ignoran y están encantados de poder decidir sobre la gente, sin contar con ella y sin sentirse conscientes de su mediocridad y su falta de visión estadista y de futuro.