Movimiento asociativo en Altza
Hilari Pagazaurtundua
Echando una mirada hacia atrás es en la década de los años 60 cuando comienza a surgir con fuerza el movimiento ciudadano en Euskadi, concretamente en Bizkaia —AA.VV. de Rekaldeberri— dentro del más estricto marco reivindicativo.
No hay que olvidar que dentro del movimiento ciudadano se encuadran diversas entidades y organizaciones que, de forma más parcial y localizada en la mayoría de los casos (culturales, recreativas, de afectados, clubs juveniles, etc.) han estado presentes a lo largo de esa década y de la anterior como un gran mosaico que componen las respuestas sociales a los problemas ciudadanos.
Gipuzkoa vería nacer sus primeras AA.VV. en 1969-70. Es a partir de la década de los 80 cuando Altza, consciente de las múltiples necesidades que existen en todos los ámbitos verá nacer numerosas Asociaciones, Comisiones y Grupos dando una respuesta en el ámbito de la Educación, infancia y juventud, mujer, drogodependencias, jubilados, fiestas, deportes, cultura, gastronómicorecreativas, urbanismo-medio ambiente y otros.
Un tejido social que ha ido naciendo poco a poco desde hace 16 años y que se sigue manteniendo y aumentando, con fluctuaciones, a lo largo del transcurrir del tiempo.
La larga historia de reivindicaciones nos dice que nada se ha conseguido, a nivel de infraestructuras y de calidad de vida para hacer un barrio más habitable, sin ellos. Donostia no está lejos, como asegura Andrés Molina, pero su sensibilidad hacia nuestro pueblo, está a años luz.
Hoy podemos afirmar que Altza, en comparación con otras zonas de la ciudad, cuenta con el mayor número de grupos en activo. En este aspecto es de resaltar el papel de la Casa de Cultura Casares en el apoyo y asesoría a los intentos de algunos grupos de crear alguna plataforma, capaz de aglutinar a los diferentes agentes del Barrio en momentos puntuales y lograr una coordinación, consenso y representatividad ante los Organismos políticos.
Aunque no se ha logrado la plataforma, ya que los protagonismos personales impiden en la mayoría de las ocasiones lograr una fuerza común única que suponga diluir los límites de cada organización, es real que aún es posible conseguir el apoyo de todas las Asociaciones cuando hay un problema puntual que afecta a todo el barrio.