“En un pequeño campo de Alza nació en en 1914 el atletismo guipuzcoano”
El Diario Vasco, 1964-07-01
En un pequeño campo de Alza nació en en 1914 el atletismo guipuzcoano
La sociedad Jolastokieta y don Manuel Orbea, fueron sus iniciadores
Saben ya nuestros lectores que el atletismo guipuzcoano viene celebrando este año de 1964 sus bodas de oro, dentro de las cuales, además de las pruebas deportivas de categoría nacional e internacional ya celebradas y que aún quedan por celebrar, está prevista también la celebración para los próximos días 4 y 5 de un encuentro triangular de atletismo en Anoeta, entre las mejores representaciones de Castilla, Cataluña y Vasconia, habiéndose invitado también a otros atletas españoles de primerísima categoría, que actuarán, fuera del triangular, en las más espectaculares especialidades.
Se da la circunstancia de que, después de muchos años de ausencia de nuestro “txoko”, se encuentra en San Sebastián el verdadero iniciador del atletismo guipuzcoano: don Manuel Orbea.
Don Manuel Orbea y Biardeau es un donostiarra que nació en 1893 y que en sus años mozos quedó contagiado del “virus” del atletismo. Y no solo se contagió él, sino que contagió a los demás. Y de ello puede dar fe la “dinastía de los Iguarán”.
Como decimos, su carrera diplomática le ha tenido muchos años alejado de nuestra ciudad, porque desde que, una vez ingresado en el Cuerpo Diplomático, fue destinado como vicecónsul en Alejandría, en 1920, ha recorrido muchos países en misiones diplomáticas de importancia, principalmente como consejero económico en importantes Embajadas. Así, después de haber desempeñado este cargo en Estocolmo desde 1939 a 1958, fue nombrado también consejero económico en Londres y, últimamente, ministro encargado de Asuntos Económicos en la Embajada española de la capital inglesa, hasta su reciente jubilación en mayo del año pasado.
-¿Ha sido siempre el deporte su afición favorita?
-Siempre, aunque no la única. Soy también un enamorado de la música clásica.
-¿Es cierto que fue usted quien dio vida en Guipúzcoa al atletismo?
-Pues mire usted: en años de principios de siglo, el Sporting de Irún -que muchos años después se fusionó con el Racing para formar el Real Unión- traía atletas franceses para las fiestas de San Marcial a la diminuta campa de Elizacho. Pero se me figura que estas exhibiciones forasteras no dejaron ulteriores frutos. Y que los viejos deportistas iruneses me perdonen si falto a la verdad. Lo cierto es que nosotros (un grupo de amigos) habíamos fundado el Club Jolastokieta. En 1914 poseíamos muy vagas nociones de atletismo. Un hermoso álbum de la Olimpiada de Estocolmo celebrada en 1912, fue nuestro iniciador. Pero no nos faltaban ni afición ni entusiasmo, y así, el 31 de julio de 1914 nació el atletismo guipuzcoano con un festival en el pequeño y rudimentario campo de fútbol que en Alza tenía nuestra sociedad multideportiva Jolastokieta.
-¿Y ese primer intento llegó a consolidarse?
-Por fortuna, así fue. Ya estabamos metidos “en el tren” y no era cosa dejarlo. Los primeros años fueron muy difíciles, como ocurre con todas las cosas nuevas. Las bases técnicas, entonces, eran muy rudimentarias, y sólo en Barcelona se notaba algún intento organizador a escala municipal. Pero seguimos adelante. Precisamente ese mismo año de 1914 y unos meses antes del festival de Alza, aquel gran campeón y deportista recientemente fallecido que fue José Luis Elósegui, había participado en los pomposamente llamados Juegos Olímpicos de Madrid, organizados por el Atletic Club, de donde vino con triunfos, premios y trofeos en cantidad insospechada. La afición fue creciendo rápidamente. Por otra parte, teníamos nuestra publicación atlética “Sporting” y hacíamos nuestros pinitos en la Prensa local.
Efectivamente, don Manuel Orbea popularizó en la Prensa donostiarra y aun de otras provincias, su sudónimo de “Tack”, haciendo una intensa y eficaz campaña a favor del atletismo.
-¿Qué recuerdos conserva de aquella reunión de Alza el 31 de julio de 1914?
-Recuerdo que Félix Mendizábal ganó los 100 metros en 12 segundos; que Dalliéres, del Biarritz Olympique, hizo los 1.500 metros en 1′ 47″; que José Luis Elósegui venció en los saltos de altura (1′66) y longitud (6′13), etcétera. Y también recuerdo una frase publicada al día siguiente por “El Pueblo Vasco” y que decía: “La Olimpiada de ayer había despertado cierta curiosidad, que no se vio defraudada. Por ello, la consideramos como un preludio para mayores empresas”. Las primeras páginas de dicho número estaron acaparadas por la noticia del día: acaba de estallar la Primera Guerra Mundial.
-¿Qué otros acontecimientos atléticos de importancia se produjeron en los años que pudiéramos llamar fundacionales?
-Por ejemplo, los primeros Campeonatos de España de Atletismo, que tuvieron lugar en Atocha en 1917.
-Pero Atocha nunca tuvo pistas…
-Cuando no hay más remedio, hasta la falta de pistas se puede suplir, con celo. Eso es lo que hacíamos nosotros. Los amigos de la Real nos cedían gratis el campo para las grandes ocasiones. Atocha -que en 1916 no era el verde y coquetón Atocha actual- era el lujo anual de la grey atlética. Desde el rayar del alba nos dedicábamos a calvarle estacas y a derramar lechada de cal, con la loca pretensión de convertirlo en un White City. Pero la verdad es que lo dejábamos hecho un asco.
-Tendrían ustedes muchas dificultades…
-Pues mire usted: si redondeamos los “corners” con cal, salían dos rectas preciosas en el sentido de la longitud; pero en el de anchura, los corredores tenían que sortear, con oportunos regates, los postes de los goles. Si esbozábamos una especie de elipse, con dos curas espaciosas que dejasen fuera a los goles, la vuelta no llegaba a 250 metros de la Plaza de Toros. Los cien metros había que correrlos en diagonal; es decir, a campo traviesa. Solamente así se respetaba la integridad de las narices del concursante frente al paredón de Múgica. Del 110 metros vallas no se hablaba todavía.
-¿Los éxitos más notables de los atletas guipuzcoanos de aquellas épocas?
-En 1917, Mendizábal corría ya los 100 metros en 11” 2/5; José Luis Elóseguí saltaba 1′735 den altura, 6′13 en longitud y 2′98 en pértiga. Buenaventura Elizondo lanzaba el disco a 35′10 metros, y la jabalina, a 43′40, y los progresos eran constantes, porque dos años más tarde Elizondo llegaba en disco a los 37′50, Mendizábal corría los 100 metros en 11”1/5, mientras Miguel García corría los 400 metros en 51 segundos. Todos iban a más, a pesar de continuar la falta de instalaciones y las dificultades técnicas.
-¿Y en cross?
-La victoria mayor que recuerdo, que levantó en vilo a todos los guipuzcoanos, fue la conseguida en 1918 en el IV Cross Nacional celebrado en San Cugat de Barcelona. Nuestro equipo, preparado por Adrián Berniolles, lo ganó todo: La Copa del Rey, por Víctor Errausquin, de la Gimnástica de Ulía, y el Trofeo Federal Copa Foronda, con Errausquin, Bolumburu, Escudero, Asensio Iradi y Muguerza. Los vencedores fueron recibidos apoteósicamente a su llegada a San Sebastián, a los acordes de dos bandas de música. Hubo en su honor un banquete popular -a cinco pesetas por plaza- y el Aero Club regaló los puros. Hubo más de trescientos comensales. A la hora de los brindis hablaron don Gabriel María de Laffitte, que era a la sazón alcalde de San Sebastián y presidente de la Federación Atlética Guipuzcoana, y el gobernador miliar, general Martínez Anido.
-¿Fueron también ustedes quienes crearon la Federación Atlética Guipuzcoana?
-El 11 de marzo de 1916 tuve una reunión en el Fortuna con los delegados de los clubs donostiarras para formar un organismo provisional que fue la Federación Atlética Donostiarra, cuyo primer presidente fue el doctor don Julio Maeso. En sucesivas reuniones, y ya en junio del mismo año, se fundó la F.A.G., en la que estaban integrados trece clubs donostiarras y cuatro de la provincia. Don Julio Maeso pasó a ser presidente de la F.A.G., sustituyéndole al año siguiente don Gabriel María de Laffitte.
-¿Satisfecho de poder asistir al cincuentenario de su obra?
-Fue obra de todos, y esto es lo importante. ¡Lástima que por ley de vida no estén con nosotros, en estos momentos de júbilo, todos aquellos grandes caballeros y entusiastas del atletismo de nuestros primeros años!
FARTLEG.