“¡Luz y aire para los obreros!”: 100 años de las Casas Baratas
El pasado uno de agosto se han cumplido 100 años de la colocación de la primera piedra de la Colonia María Cristina, las Casas Baratas, acto que fue recogido ampliamente por la prensa local y en el que tomó parte la propia reina María Cristina. A consecuencia de la Gran Guerra el precio de los materiales se multiplicaron provocando una importante reducción del tamaño del proyecto -de las 52 casas del proyecto inicial se pasó a 28 y finalmente se construyeron solo 13- y un retraso importante en la inauguración y entrega de las llaves de las primeras casas que no tuvo lugar hasta 16 de octubre de 1921.
Sobre las Casas Baratas han escrito Beatriz Herreras (Altza, Historia y Patrimonio, 2001, pp. 83-84) y más recientemente Iker Lamariano (Altza Hautsa Kenduz, 2011, pp. 69-82) señalando ambos el valor de estas viviendas para obreros centenarias y para las que hemos solicitado desde nuestra asociación la protección que se merecen, protección, por otro lado, que también ha sido solicitada en abril pasado por el Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro en el marco de la revisión del PEPPUC.
De entre las crónicas de la época, muy centradas en cuestiones protocolarias y elogios hacia los promotores, merece ser destacada la publicada en El Pueblo Vasco con motivo de la inauguración y entrega de llaves de las primeras casas, y que firma la reportera Clarita Caudiani. La crónica de esta joven francesa de 19 años, -una de las pocas mujeres periodistas del momento y que con estos artículos en El Pueblo Vasco de San Sebastián da los primeros pasos en su dilatada carrera periodística en Francia- destaca por no limitarse a cumplir con las exigencias de forma y estilo habituales en la prensa de la época y profundiza en el reportaje documentándose y ofreciendo al público lector datos, análisis y detalles muy interesantes del proyecto. Por su interés, transcribimos a continuación la crónica en su integridad.
Las imágenes de Kutxateka que acompañan este texto corresponden al acto de inauguración de la Colonia María Cristina del que habla la crónica, y fueron realizadas por el fotógrafo Ricardo Martín.
Las Casas Baratas en la Colección Local de Altza, aquí.
EL DOMINGO EN ALZA
Inauguración de las Casas baratas
El domingo pasado se celebró la ceremonia de la entrega de llaves, por S. M. la Reina doña María Cristina, a los favorecidos por la suerte en el sorteo que se verificó para adjudicar las Casas Baratas ya terminadas, pertenecientes a la colonia de Alza.
No se nos debe de ocultar que dicho acto ha de alcanzar, en un plazo más o menos lejano, gran importancia, tanto moral como social, para San Sebastián.
Esta obra, cuya realización descansa sobre la fe y el entusiasmo de don Mariano Zuaznávar, lleva en sí los gérmenes de algo muy de acuerdo con las ideas más bellas que se han fundido en el crisol del pensamiento, y cuyo desarrollo puede ser base y solución de uno de los problemas más urgentes y universales.
LA FUNDACIÓN DE LAS CASAS BARATAS
Dicha obra fue ideada hacia el año 1916. Colocó doña María Cristina la primera piedra el 1º de agosto de 1917. Sobrevinieron los contratiempos que traía consigo la guerra, en lo que se refiere a materiales. Sólo pudo reanudarse el trabajo hace unos años, y, cosa que añadió dificultades a la empresa, el coste de cada casa, que en el momento de la fundación sólo era de 8.500 pesetas, ha subido ahora a 13.200.
Actualmente hay ocho casas del todo acabadas, tres terminadas hasta el tejado, una edificada hasta el primer piso y una en cimientos, que ha de ser la Cooperativa de la colonia. En conjunto 13.
Se ha proyectado un grupo de 28 casas.
Dichas casas, admirablemente construidas, participan del estilo vasco moderno.
Grandes alabanzas han de dirigirse al arquitecto, don José Gurruchaga, que puso fe y entusiasmo en la obra que le fue encomendada, cuidando de los detalles de higiene, al parecer, más insignificantes; pero, en realidad, de gran importancia en lo que se refiere a la cuestión sanitaria.
Las cuestiones de saneamiento y de canalización de aguas, tanto como la de que las casas sean lo más soleadas posible, fueron cuidadosamente estudiadas.
El señor Gurruchaga tomó la iniciativa de dos cosas de mucha gravedad para los habitante de este país.
La primera ha sido colocar cada casa unos metros más atrás que la otra, con objeto que, formando una hilera no demasiada compacta, no se quiten unas a otras sol y aire.
La segunda, evitar uno de los defectos en este país lluvioso; el que, en invierno, los niños se vean obligados a jugar en la cocina, cosa poco sana para ellos y muy molesta para los padres; ó a chapotear en la calle, entre agua y barro.
Para corregir, en lo posible, estos inconvenientes, el señor Gurruchaga inició una especie de portal bien guarnecido contra el viento y la lluvia, en el cual podrán jugar los niños mientras su madre guisa y vele sobre ellos.
El simpático arquitecto, que se brindó a proporcionarnos los detalles de más importancia, nos añadió que quien tomó parte muy activa en el asunto, ya que fue quien adelantó los primeros fondos para esta empresa, fue la Caja de Ahorros Porvincial.
El funcionamiento de la institución es el siguiente:
EL REGLAMENTO DE LAS CASAS BARATAS
La constitución de la Directiva de la Asociación de las Casas Baratas es como sigue:
Presidente de honor, don Mariano Zuaznávar.
Presidente honorarios: don José Gurruchaga y don Miguel Tello.
Presidente, don Felipe Corral.
Vicepresidente, don Manuel Aroca.
Secretario, don Romualdo Rebollar.
Contador, don Amando Mateo.
Vocales: señores Basterra, Romacho (don Pedro), Baztán y otros muchos, cuyos nombres no recordamos ahora.
Actualmente hay 105 socios.
Cada uno de ellos paga una peseta mensual. No se admiten socios que tengan ingresos superiores a 5.000 pesetas.
Cuando el sorteo se verifica, cada favorecido, a partir del momento en que se le entrega la llave, posee una casa, compuesta de cuatro habitaciones en el primer piso, y comedor y cocina amplia, con un armario y una cocina económica, en el piso bajo. Un jardín, en forma de azotea, rodea la casa por detrás.
Paga dicha casa 25 pesetas al mes, y al cabo de 44 años pasa a ser suya. Claro está que si el propietario quiere pagar más, para ser dueño único en un plazo más breve de su casa, puede hacerlo.
Cada casa está dedicada exclusivamente a vivienda, prohibiéndose terminantemente que haya una taberna en dicho sitio. Tampoco se admite como socio a quien tenga hábitos alcohólicos o no goce de la moralidad más absoluta.
Cuando se logren terminar las 28 casas proyectadas, mediante la ayuda de nuevos medios económicos, se precisará edificar mayor número de casas, siempre a base de Cooperativa para la colectividad.
LA INAUGURACIÓN
A la tres y media estaba todo dispuesto para recibir la egregia dama. A esa hora llegó el gobernador interino, señor Pastrana. Todo el monte estaba tomado por la Guardia civil y municipal desde la mañana.
A las cuatro y diez llegó doña María Cristina acompañada por la señorita de Heredia, el príncipe Pío de Saboya y el general Querol, gobernador militar, con su ayudante, señor San Gil.
A la entrada del grupo de casas un arco grande, con los colores de España, donde se lee “Colonia de doña María Cristina”.
En una pequeña altura, frente a las casas edificadas, se eleva un estrado, donde se advierten, sobre una mesa, las llaves objeto de la ceremonia.
Adelantóse la comitiva, precedida del párroco, cruz alzada y tamborileros; y subió al estrado la Reina madre, entre el presidente, señor Corral, y el que lo es de honor, don Mariano Zuaznávar.
Detrás iban la dama de la Reina, el príncipe Pío de Saboya, el gobernador militar con su ayudante, el gobernador civil interino, el marqués de Valle-Espina y don Vicente Laffitte (representando a la Caja de Ahorros Provincial) y la Directiva en pleno de la Asociación General de Casas Baratas.
Terminada la bendición de las casas, el señor Zuaznávar, pronunció unas palabras alusivas al acto.
DISCURSO DEL Sr. ZUAZNABAR
Fueron las palabras de este culto y popular ex-alcalde, una oración llena de entusiasmo efusivo que pone en todas sus actividades.
El obrero, la mujer y el hogar: estos tres conceptos, galamente tratados, sirvieron al señoz Zuaznabar para unas admirables disquisiciones destacadas sobre la perspectiva risueña de un hogar hecho templo por obra y gracia de la mujer hacendosa.
A la realización de esto se encamina la institución de las Casas Baratas, salvando toda clase de obstáculos con tenaz perseverancia fortalecida por la profunda fe que cada uno ha aportado. ¡Luz y aire para los obreros! Y obrero también -obrero intelectual de infatigable actividad- el señor Zuaznabar multiplicó su entusiasmo con la preocupación afectuosa que siempre ha sentido por la redención de los humildes.
Después de la oportuna alusión a cuantos luchan en Marruecos el señor Zuaznabar terminó dando expresivas gracias a los esfuerzos colaboradores que han contribuido a la realización de la empresa.
Calurosos aplausos acogieron las elocuentes palabras del presidente de honor que terminó con vivas a España y a la Reina Madre, repetidos por el público.
Doña María Cristina contestó con breves palabras de agradecimiento, alentando la prosecución de la benéfica labor; y acto seguido, el señor Gurruchaga entregó a S. M. en una bandeja las llaves de las ocho casas sorteadas.
He aquí los nombres de los favorecidos, que recibieron las llaves de manos de Doña María Cristina:
Primera casa.- Pedro Romacho.
Segunda casa,. Julián Martínez.
Tercera casa.- Leoncio Salazar.
Cuarta casa.- Pozo y compañía.
Quinta casa.- Romualdo Rebollar.
Sexta casa.- Pedro Alberdi.
Séptima casa.- Alejo Argüelles.
Octava casa.- Felipe Corral.
Doña María Cristina visitó la casa número 1, propiedad de don Pedro Romacho, de cuya situación y condiciones de habitabilidad quedó admirada. Al regresar la Reina Madre, utilizó, por su fácil acceso, la carretera particular de la finca del doctor Castillo (don Francisco) con quien conversó afectuosamente haciendo grandes elogios de los méritos profesionales que distinguen al reputado doctor.
Clarita CAUDIANI