Plantaciones de robles para la construcción naval en Altza en el siglo XVI
Iñigo Landa, Juan Carlos Echeveste
El siglo XVI europeo es el de la navegación transoceánica y las colonizaciones. El rey Felipe II (1557-1598), en su lucha contra la piratería y la pugna con otras potencias europeas por el control de los océanos, emprendió un gran plan de construcción naval basado en una política de plantíos de bosques de roble, la madera más adecuada para la construcción de los cascos de los navíos [1]. Las disposiciones reales tuvieron un impacto directo en las poblaciones y puertos de la costa cantábrica, incluida Altza. De hecho, Altza, situada en la bahía de Pasaia y con astilleros en las cercanías [2], ofrecía condiciones inmejorables para abastecer a los astilleros de madera de roble.
Sin embargo, aunque las disposiciones reales obligaban a las Juntas Generales y concejos a su ejecución, esta no tuvo lugar sin que las instituciones gipuzkoanas manifestaran su desacuerdo. Concretamente en la Junta de 1564 respondieron de esta manera a los planes del rey: “en esta Provinçia no conviene al servicio de Su Magestad que se tenga la orden en el plantar de robles, la orden que se da por la dicha provisión, ni se podría cunplir ni executar” [3], exponiendo acto seguido los motivos: la Provincia es pequeña y hay poca tierra, y “tiene mucha población e está fundada sobre herrerías e labranca e crianca e tratto de mar“. Por esa razón, en un territorio como Gipuzkoa, con una economía sustentada en la industria, la agricultura, la ganadería y el comercio, no había espacio en sus montes para plantar robles destinados a la construcción naval.
A pesar de ello, las instituciones guipuzcoanas tendrán que cumplir las disposiciones reales, y en su aplicación se encontrarán con problemas y complicaciones que ya se podían predecir a partir de lo argumentado por las Juntas Generales, muchos de ellos relacionados con la gestión de los terrenos de propiedad pública. En efecto, las tierras concejiles, propiedad de las villas, eran las más susceptibles de ser utilizadas para los plantíos de robles y la provisión de madera para la construcción naval, un destino incompatible con el que se le daba tradicionalmente por la población, un amplio conjunto de actividades, mayoritariamente legítimas y autorizadas por el concejo, desde la sencilla recogida de frutos hasta la compraventa de parcelas de terreno, pero también para otras ilegales, como usurpaciones y robos.
Lo ocurrido en el caserío Mirasun en 1597 es una muestra de esto último. El concejo de Donostia vendió al general Antonio de Urquiola, que estaba construyendo galeones para el rey en el astillero de Lezo, 160 robles que tenía en tierras concejiles situadas en torno a los caseríos Sius, Mirasun y Mercader, así como en Herrera. Cuando fueron a ver los robles marcados se encontraron con que Tomás de Guruceaga y María López de Guruceaga, padre e hija propietarios de Mirasun, habían cortado de su pie 45 robles que estaban en tierras concejiles y los habían apilado en el portal del caserío. Fueron detenidos por cortar los robles y luego condenados a pagar el valor de los mismos y una multa [4].
El propósito del presente artículo es conocer cómo se desarrolló la aplicación de la política forestal impulsada desde la monarquía española a favor de la construcción naval y sus repercusiones en Altza, especialmente en todo lo relativo a los problemas y conflictos surgidos en torno a la gestión de las tierras concejiles.
El roble
El roble ha sido tradicionalmente un árbol fundamental e icónico en los territorios de la vertiente cantábrica, pero basta con darse un paseo por los montes y valles para cerciorarse de que actualmente la presencia del roble es muy escasa [5]. Dicha escasez, sin embargo, no es reciente, viene de lejos. Podemos retroceder quinientos años para encontrar claras señales de una deforestación continuada en el tiempo provocada por el crecimiento demográfico y la expansión de la agricultura y la ganadería.
Sin embargo, la monarquía española necesitaba impulsar la construcción de barcos para mantener el control de los océanos y, para ello, era indispensable asegurar el suministro de madera, sobre todo de roble [6].
Por su situación geográfica, Altza es un lugar adecuado para los robledales. Además, por la amplitud de su territorio [7] y por estar situada en la bahía de Pasaia, le convertía en un lugar perfecto para la explotación intensiva de robles. Todo ello hizo que sus tierras estuvieran en el punto de mira de los responsables de aplicar la política forestal orientada a la construcción naval y se viera envuelta en conflictos.
Por ejemplo, a principios de 1589, un grupo de vecinos y propietarios de casas altzatarras pidió con éxito al concejo de la villa de San Sebastián que no se plantaran robles en unas laderas cercanas a Molinao, porque les causaba gran perjuicio. Las tierras donde se debían plantar robles eran tierras concejiles de San Sebastián y los que veían perjudicados sus intereses eran ganaderos que utilizaban estos montes públicos y propietarios de manzanales cercanos [8].
Antecedentes de la deforestación: crecimiento e intereses contrapuestos
A lo largo de los siglos XIV y XV, los bosques empezaron a escasear como consecuencia del crecimiento económico y demográfico. Este proceso lo podemos ver claramente en Altza. Al menos, entre los años 1379-1439, los altzatarras aparecerán en los documentos como vecinos de la “Artiga”, “Artigas de Alza” o “Alza”. La palabra Artiga habla de roturaciones, de ganar terrenos al bosque para destinarlos a labores agrícolas, -manzanales, sobre todo-, y pastos para el ganado [9]. La roturación, el crecimiento de la población y la estructuración como comunidad irán de la mano, y una de las consecuencias más relevantes en Altza será la fundación de la iglesia de San Marcial, impulsada por los vecinos de la Artiga de Altza, en 1390. Aquel primer edificio de la iglesia será de madera [10].
La madera era una materia prima básica en el modo de vida y la economía de la época, -construcción, combustible, utillaje…, también para la construcción naval-, y ya en el siglo XIV conoceremos las primeras órdenes reales para hacer frente a la disminución de las masas forestales. A partir de finales del siglo XV, con el descubrimiento de América, cuando las fronteras de la península y de Europa se van a extender más allá del océano Atlántico, la necesidad de madera aumentará notablemente.
De este modo, el proceso de deforestación se intensificará. Las ferrerías y astilleros situados en el fondo de los valles guipuzcoanos consumieron los recursos forestales desde el fondo del valle hasta las partes altas de la montaña [11].
Para afrontar este problema, a partir de mediados del siglo XVI veremos una multiplicación de disposiciones reales. Si con anterioridad la construcción naval ya era una actividad estratégica del estado, a partir de ese momento lo será aún más y los bosques de la vertiente cantábrica se pondrán en el punto de mira de la política forestal [12].
Fomento forestal en el siglo XVI
Entre las decisiones, órdenes y ordenanzas hay dos que la historiografía considera como hitos [13]:
- Las Juntas Generales de Gipuzkoa en 1548, conscientes por primera vez del problema de la deforestación, ordenarán plantar 500 robles o castaños a cada villa: “hiziessen plantar quinientos pies de robles y castaños en los exidos comunes…”. Donostia, junto con otras villas, sin embargo, protestó, pues no tenía a su juicio dónde plantar los robles: “no tenia lugar donde poder plantar los dichos robles i castaños“.
- Cuatro años más tarde, en 1552, el Rey ratificará la ordenanza sobre los jaros [14]: “todas las villas e alcaldias e lugares y personas particulares… ayan de dexar y dexen en los dichos montes xarales asi guiados para carbon de quarenta en quarenta codos vn roble guiado por roble grande y creçido y no le corten ni talen los tales dueños…”. Los ayuntamientos pagarán las plantaciones mediante derramas, dividiendo los gastos y la responsabilidad de plantar entre los vecinos.
En la misma ordenanza de 1548 se regulaba cómo hacer las talas de árboles. El tipo de tala se hacía en función del uso que se iba a dar a la madera y, así, tendremos dos tipos de bosques: el monte trasmocho, con árboles cortados a cierta altura para que produzcan brotes destinados principalmente para hacer carbón para las ferrerías, y el bosque de robles guiados y bravos [15], para su uso en la construcción naval y en la edificación. En torno a ellos se producirá un choque entre los intereses del Estado y los de la Provincia, entre las necesidades de la construcción naval y las de la producción de hierro. Así mismo, las villas de nuestro entorno, Donostia, Errenteria, Oiartzun y Hernani protestarán una y otra vez ante los numerosos intentos de limitar el bosque trasmocho [16].
Los plantíos de robles guiados y bravos debían hacerse en los lugares con unas características de suelo y climáticas adecuadas, evitando los lugares calcáreos, y preferiblemente situados en lugares donde el viento norte no soplara con fuerza [17]. Por otro lado, los bosques debían protegerse del ganado y, por ello, tras la tala de los bosques y para garantizar la reproducción, se cercaba la parcela que ocupaba el bosque convirtiéndose en jaral (”dehesado“).
Para examinar dónde y cómo se realizaban las plantaciones, los concejos deberían nombrar guardamontes quienes, además, serían los encargados de vigilar y hacer cumplir las ordenanzas. En un nivel por encima de los concejos estaba el corregidor de la Provincia. A él le correspondía supervisar el cumplimiento de las disposiciones reales y velar por los intereses del estado. Pero no era suficiente.
“Superintendente de fábrica de navíos y plantíos“
Las disposiciones y ordenanzas para fomentar el cultivo y explotación de los montes no se cumplirán como se esperaba por parte de la monarquía, y se redoblarán los esfuerzos con nuevas iniciativas. Muestra de ello es la creación del oficio de “Superintendente de fábrica de navíos y plantíos“, encargado específicamente para impulsar la construcción naval y la reforestación.
El primer superintendente de la costa cantábrica fue Cristóbal de Barros y Peralta (1562-1597) [18], considerado en aquel momento un personaje fundamental para llevar a cabo el plan de construcción naval y fomento de plantíos de la monarquía y uno de los mejores constructores de buques de guerra. Posteriormente, cada territorio costero tendría su superintendente. El primero de Gipuzkoa fue el marino y general Antonio de Urquiola (1598-1600), que previamente había dirigido el astillero de Lezo, como hemos visto al principio en el caso de los robles de Mirasun. Tras él vendrán Domingo de Idiáquez (1601-1611), Domingo de Echeverri (1611-1618), Alonso de Idiáquez (1618-1646) y Luis de Necolalde (1647-1670).
Las funciones y obligaciones del superintendente de Gipuzkoa eran las siguientes [19]:
- Vivir en Gipuzkoa.
- Visitar dos veces al año los pueblos que estaban a dos leguas de la costa o que tenían ríos navegables.
- Examinar y decidir junto con la justicia ordinaria de los pueblos cuántos robles y fresnos plantar, cómo hacerlo y determinar los plazos.
- Cuidar las plantaciones: evitar los daños del ganado; que no desmochen el tronco principal y hacer con cuidado los trabajos de poda de las ramas; y obligar a plantar uno nuevo cuando se corte un árbol.
- Fijar la cantidad de árboles y los lugares dónde las villas y los particulares debían plantarlos, quedando todos los gastos a cargo de los concejos.
Construcción de casas
Las dificultades para intensificar la explotación forestal, sin embargo, seguían siendo grandes. Los derechos de los vecinos en las tierras concejiles quedaban relegados y causaba un gran perjuicio a las actividades económicas tradicionales, ya que la vida de mucha gente dependía de los recursos que ofrecía el monte, entre otros, muebles, herramientas, cuerdas, cestería, leñas, carbón o materiales para la construcción de edificaciones [20].
Esta última, la de la construcción, será una actividad relevante en Altza. La alta rentabilidad que proporcionaba la inversión en la compra de terrenos rurales destinados principalmente a la producción de sidra para el abastecimiento de los barcos del puerto, llevará aparejada la construcción de nuevas casas y caseríos. Si a finales del siglo XV se pueden contabilizar unas 25 casas en Altza, cien años más tarde serán 61, un aumento del más del doble, proporcionalmente el mayor aumento del número de caseríos en la historia de Altza hasta antes de la industrialización. En los siglos siguientes, con motivo de la “revolución del maíz”, el número irá aumentando siglo tras siglo, hasta contabilizar 167 casas y caseríos en el siglo XIX [21].
La construcción de casas y la naval necesitaban el mismo tipo de roble, sobre todo robles guiados y bravos, crecidos hacia arriba de forma natural en el bosque, pero, en su defecto, también eran de utilidad los robles desmochados cortados desde su base, “de robles trasmocho y algunos altos“como se dice en el documento de los robles de Mirasun citado anteriormente. En dicho documento, el concejo de San Sebastián vendió los robles al general Antonio Urquiola para la construcción de galeones, pero podemos pensar que los propietarios de la casa Mirasun, Tomás Guruceaga y María López de Guruceaga, padre e hija, que cortaron desde su base cuarenta y seis robles sin permiso, y apilándolos sin ocultarlos delante de la casa, muy bien podrían tener la intención de venderlos para actividades distintas a la construcción naval, como la construcción de casas y caseríos.
Lo ocurrido en Mirasun, por otra parte, es una muestra de las situaciones problemáticas generadas entre los poderes públicos y los particulares por el uso y mantenimiento de los bosques, que se evidencian en la gestión de las tierras concejiles [22].
Tierras concejiles en Altza, siglo XVI (5-i)
Gestión de los terrenos de propiedad pública: “Que en Alça auia mucha tierra concegil” [23]
Vista la oposición y las grandes dificultades para imponer las órdenes de fomento de las plantaciones, los esfuerzos de los poderes públicos se concentrarán en la gestión de los montes de propiedad concejil. A través de las actas municipales de San Sebastián podremos acercarnos a conocer cómo se materializó esa gestión en Altza [24].
Siguiendo las instrucciones contenidas en la orden recogida en el acta del 8 de junio de 1575, el corregidor y miembros del concejo procedieron a realizar visitas a los montes públicos de la villa para la búsqueda de los terrenos más adecuados. Entre otros, visitaron uno situado en la falda del monte San Marcos:
“Yten se bissitó otro término el qual está debajo la cruz de la Sierra de la hermita de la Magdalena hacia la casa de Chipres y entre la dicha casa de Chipres y la casa de Alamulia y la casa de Alanochipi y la borda de la casa de Arzac nombrada Atañoa que es mucho término y muy competente para el dicho plantío“.
Junto con el fomento de la realización de visitas, en el acta mencionada se dan las siguientes instrucciones concretas:
- Plantar diez mil robles: “mando a la dicha villa [San Sebastián] y su regimiento que este pressentte año comencando dende el mes de otubre asta en fin del año planten diez mil pies de robles que estén saconados y que cada año sin faltar ninguno para el dicho tiempo planten otros diez mil pies de robles en las partes y lugares que arriba están dichas”.
- Que los particulares también planten robles.
- Nombrar guardamontes: “Que pusiesen guardas para guardar los plantíos“.
- Buscar terrenos para establecer viveros.
- Recoger en un libro el registro de las plantaciones realizadas: “Que se hiciese libro para poner la racon de los dichos plantios y estubiese en el armario de la sal[a] del ajuntamiento“.
- Publicar las órdenes: “que hiciesen tabla en que se pusiese la real prouision de los dichos plantios y se colgase en la sala del ayuntamiento”.
En general, los concejos eran grandes propietarios de tierras, incluido el donostiarra. Sólo en las tierras de Altza, en el siglo XVI, la documentación confirma que así era en las siguientes zonas: en Ulia, en la zona montañosa de San Marcos-Molinao, en los alrededores de Ametzagaina, en las laderas entre Altzagaina y Herrera (Larreandi), y en las laderas de Altzagaina-Molinao (Aberneta) [25].
En las actas se especifican estos lugares y otras parcelas, principalmente para plantar robles, pero también otros tipos de árboles, como castaños y fresnos, ya que la silvicultura está ligada, más allá de la construcción naval, a otras actividades como la construcción y el suministro de leña. Estos son esos lugares:
- El descrito en la visita realizada a la falda del monte San Marcos citada anteriormente (8-6-1575), la zona situada entre los caseríos Txipres, Alamoi, Alano y Ataño, junto al límite de Astigarraga y Rentería.
- Junto a esa zona, en torno al caserío Alamoi, el concejo de San Sebastián pagó un real a Juanes de Arocena por cada uno de los 1.665 robles que había plantado allí (17-7-1621) [26].
- Plantación de castaños en Bonatzategi, junto al monte Ametzagaina (1-10-1571). En este caso, la madera de castaño se utilizará para cambiar los pilotes del puente de Santa Catalina [27]. Unos años más tarde (5-3-1592), constatarán que tenía más de ciento cuarenta castaños, injertados para dar frutos, y que en su momento podrían ser adecuados para hacer “mucha tabla” o “pies de puentes” [28].
- En torno al molino de Maubernet (Aberneta), en Molinao, en la zona que hoy conocemos con el nombre de Larres, 1.500 robles (21-12-1588) [29].
- También en Intxaurrondo se registra un jaro para el suministro de leña, junto al manzanal de Algarbe y Zarategi (26-5-1589) [30].
Era habitual que, además de que el Ayuntamiento realizara plantaciones por su propia iniciativa, también diera permiso a particulares para plantar árboles en tierras concejiles:
- A Juanes de Villaviciosa de Pasaia y a su madre María de Miranda les dio permiso para plantar 50 castaños en tierras concejiles junto al caserío que tenían en Altza, con la condición de que la recogida de frutos de castaños fuera libre para los vecinos (26-8-1571) [31].
- En las tierras concejiles de Bonatzategi, el constructor de puentes Miguel de Arreche plantó e injertó castaños con permiso del concejo para sustituir cuando fuera necesario los pilotes del puente de Santa Catalina (1-10-1571) [32].
- En la zona de Mendiola, por su parte, Marianton de Trencher pidió permiso para plantar árboles para proteger su manzanal del viento, quedando a cambio los árboles en propiedad del concejo (18-10-1572) [33].
El concejo de Donostia, sin embargo, como hemos dicho anteriormente, junto con otros pueblos de la costa, alegaba que no tenía terrenos dónde plantar para protestar contra la ordenanza de las Juntas Generales de Gipuzkoa que obligaba a realizar plantaciones de roble.
Había varias razones para alegar escasez de terrenos. En primer lugar, no todos los terrenos concejiles reunían las condiciones climáticas y de suelos más adecuadas para que las plantaciones de roble fueran exitosas, como podría ser el caso de los terrenos concejiles situados en la vasta ladera del litoral de Ulía [34].
Pero además de razones relacionadas con la geografía, la reducción de las tierras concejiles era también consecuencia de un continuo proceso de privatización. Con el tiempo, para hacer frente a los gastos extraordinarios del Ayuntamiento, —para hacer frente a los daños de las guerras o de los incendios, por ejemplo— vendieron en subasta algunas partes de terrenos concejiles, en la mayoría de los casos a propietarios particulares [35], pero también a colectivos como la universidad de Altza, como se puede ver en dos pleitos de los años 1523 y 1561. El primer pleito surgirá entre el dueño de Txipres, Juanes de Chipres, y los vecinos de la universidad de Altza por una tala de árboles realizada por estos últimos en el término de Alamurua (Alamoi) [36]; el segundo pleito se producirá a consecuencia de los daños ocasionados en los manzanales y término de Castellon (Kastillun), por un robledal colindante, propiedad de Juanes Arzac, plantado en un terreno que originalmente “fueron tierras del conçejo de la villa de San Sebastian” [37].
Además, eran frecuentes las usurpaciones y apropiaciones ilegales, sobre todo realizadas por propietarios de casas próximas y personas influyentes de la villa:
- En la zona de Molinao, en torno al molino de Aberneta:
- Anton de Estor tomó y cultivó para sí, sin permiso, una parte de la parcela del concejo que estaba junto a su molino (3-9-1571) [38].
- Ocho años después, Domingo de Berra, de la casa Berra, y Juan Pérez de Arrieta, guardamontes altzatarra, comparecieron ante el gobierno municipal denunciando a Juanes de Billabiciosa, de Pasaia, por haber ocupado y cercado una parte en tierras concejiles situadas junto a los molinos de Anton de Estor (29-5-1579) [39].
- En la zona de Ametzagaina, en el “partido de Vonazategui“, cerca de la casa del mismo nombre:
- Miguel de Arreche, propietario del caserío Bonatzategi, tenía ocupadas las tierras concejiles del entorno, con más de 260 castaños, manzanal, viveros, trigo y mijo plantados (27-10-1571) [40]. Diez años más tarde, el propietario del caserío Bonatzategi “confiesa el dueño de la caseria de Bonaçateguy que tiene un pedaço de tierra consegil”. (20-5-1602) [41].
- Así mismo. en otra visita realizada por los regidores municipales en esa zona, constatan que “en ella se açe mençion y ois de que tanta tierra thenia de la dicha concejil algunos vecinos de Alça en el partido de Vonazategui” (24-3-1572) [42].
- En la zona de Mirakruz, junto al camino del puerto de Pasaia, particulares ocupaban parcelas públicas de terreno, o las utilizaban como si fueran suyas, como Miguel de Santiago:
“fuymos a la vissita general del puerto del Pasaje y en el camino consta y pareçe que Miguel de Santiago en su mancanal que tiene en el dicho camino del dicho Passaje junto a las heredades de Laguras fuera de sus setos tomando e ocupando del pasto comun y exidos publicos fuera de sus limites e mojones a echo y aze paredes ansi para fabricacion de vna cassa como para paredes en que cerca los dichos sus mancanales apretando y enangostando el camino publico concejil de esta dicha Villa que va para el dicho lugar del Passaje” (7-3-1572) [43].
O como en el caso de los propietarios de la casa Algarbe, quienes en los años 1572 y 1611 desmocharon y cortaron robles en una zona que pertenecía al concejo [44].
La lista de usurpaciones recogidas en la documentación podría ser más larga, algunas de superficies más extensas y otras más reducidas o indefinidas [45]. Para hacer frente al problema el concejo tenía dos cargos especiales para ello, los agrimensores y los guardamontes, a los que nombraba a principios de año y por un año. Por ejemplo, en 1621, entre los nombramientos relacionados con las tierras concejiles encontraremos nombres de altzatarras [46]:
- “Por agrimensores medidores y tasadores a Pedro de Larrachao y Domingo de Yrazaual.”
- “Los guardamontes de la Hurumea Domingo de Echeuerria y Martin de Chipres.”
- “Los guardamontes de Alza Domingo de Aduriz y Guillen de Casares.”
Agrimensores y amojonamiento de tierras concejiles: “çien mojones grandes e vistosos“
La función de los agrimensores era identificar y amojonar las parcelas de propiedad pública, las tierras concejiles y también los caminos [47]. El 19 de agosto de 1572, el concejo donostiarra aprobó el pago de los gastos generados por la colocación de mojones en tierras concejiles usurpadas por particulares en Altza. En total, colocaron cien mojones “grandes y vistosos” para amojonar una zona de tierras concejiles usurpadas de 40.000 pies de manzano [48]. No sabemos exactamente el valor de la unidad de superficie “pie de manzano“, pero, si se trata como parece del lugar que necesita un manzano para desarrollarse, es evidente que la cantidad de terreno usurpado era muy grande.
Tres meses y medio más tarde, el 2 de diciembre, el concejo pagó otro trabajo de amojonamiento realizado en las tierras de Altza: “que hauia gastado en jornales de los dichos agremisores y car(r)eto de piedras y despenssa de los trauajadores diez y ocho reales y juro la dicha costta y pedio librança sus mercedes mandaron librar“. En total colocaron 27 mojones [49].
Esa zona amojonada corresponde a dos parcelas cuyos límites estaban en cuestión, ambas en la zona de Molinao. Una de esas parcelas debería coincidir con el lugar que hoy ocupa el vertedero de San Marcos, ya que en la revista de los mojones de los términos participan vecinos de Altza, Astigarraga y de Errenteria, y allí se encuentra el mojón común de los tres municipios (Iruerrimuga): “a quien fue encargado la reuista de los mojones de los terminos que con vecinos de Alça Astigarraga y otras partes y de ponerlos en los lugares donde quedaron por poner por auerse allado entonces que hauia diferencias entre los vecinos que pretendian ser suyos y esta Villa“.
La ubicación de la otra, sin embargo, es más clara, está en la zona que hoy conocemos con el nombre de Larres. Las tierras concejiles limitaban con las tierras de los caseríos Berra y Darieta y no será casualidad que uno de los dos agrimensores que participan en el trabajo de amojonamiento sea el propio señor de la casa Casares.
Guardamontes
“Ottrosi el dicho Señor Corregidor dijo que para que de aquí adelante los dichos arboles se conserben y no se corten y guien como se an de guiar mandaua e mando que luego que se hiziere el primer plantio el dicho regimiento nombre vna persona o personas de ciencia y espiriencia en el dicho plantio que sirua de guarda y an de siempre por el guardándole y defendiéndole de los ganados y de otro qualquier ynconbiniente al qual den salario competente a costa de los propios de esta villa para que se puedan mantener y no entienda en otra cosa sino en la dicha guarda y conseruacion de los dichos montes conforme a la dicha prouission real.” [50]
En los extractos de actas municipales son abundantes las menciones a su función:
- Capturar el ganado: “Que porque entrauan ganados en los terminos comunes de esta villa y la de Hernany los prendasen los guardamonttes” [51].
- Denunciar infracciones: “Este dia Juanes de Aguirre guardamontes de esta villa dio noticia como en el Mirall de esta villa entre las viñas del señor Juan Lopez de Aguirre regidor y tierras de los herederos de Seuastian de Babaça se auia hecho plantio de robles en lo publico concejil a modo de mojoneda” [52].
- Inspeccionar denuncias: “para que hiciesen vista ocular de los nueuos balladares que Domingo Fernandez de Olacaual auia hecho en su casseria que tiene en Alça y de los robles que auia plantado junto a los dichos valladares a lo largo de ellos” [53].
- Comprobar que los mojones entre las parcelas estaban en su sitio: “fue encomendado lleuase Antonio de Merquelin e a Juan de Cachola guardamontes a ver el amojonamiento que esta en Alça junto a la casseria de Martin de Acorda tiene plantados junto a su caseria como esta dicho (…) que llamen a los guardamontes de Alça…”. [54]
En resumen
La ubicación geográfica de Altza en el borde de la bahía de Pasaia y su puerto ha condicionado su desarrollo demográfico y económico a lo largo de la historia, y especialmente en el siglo XVI. A partir del descubrimiento de América, el gran crecimiento del tráfico marítimo y el papel de potencia hegemónica que tendrá la monarquía española en el mar, especialmente con Felipe II, tendrá consecuencias directas en el paisaje de Altza, convirtiendo amplias zonas forestales en zonas agrícolas, sobre todo para producir sidra para abastecer a los barcos.
En la pugna por conseguir la hegemonía en los océanos, era necesario el desarrollo de la construcción naval, para construir más y mejores barcos y para reemplazar los perdidos en batallas o naufragios. Y, para ello, era imprescindible disponer de abundante madera resistente y ligera como la del roble. La monarquía española tomará las disposiciones necesarias para aumentar el número de robledales, especialmente en los territorios de la vertiente cantábrica, por tener las mejores condiciones naturales de la península para esta especie y por estar cerca de los centros de construcción naval.
Las disposiciones se aplicarán, no sin conflictos. Por un lado, nos encontraremos con el choque entre la necesidad de reforestación y la agricultura, y, dentro del propio ámbito de la reforestación, se producirá un conflicto entre la producción de carbón vegetal y la construcción naval, ya que los primeros necesitan robles trasmochos, mientras que la otra necesita robles bravos y guiados, sin olvidar que este último tipo de robles también eran necesarios para la construcción de casas.
En la cadena de funcionarios y cargos para hacer cumplir las órdenes reales -corregidor, alcaldes, regidores…-, destacan tres. En primer lugar, el nuevo oficio de superintendente nombrado por el rey para dirigir específicamente la construcción naval y las plantaciones. Inicialmente tendrá la responsabilidad de todos los territorios de la cornisa cantábrica, pero a continuación nombrará uno para cada territorio. El primero de Gipuzkoa será Antonio de Urquiola, hasta entonces administrador del astillero de Lezo y quien compró robles en tierras concejiles de Altza. Los otros dos cargos ya existían con anterioridad, son los agrimensores y los guardamontes, pero en este momento histórico, con el aumento del control sobre las tierras concejiles, adquirieron mayor protagonismo.
La lectura de los extractos de actas municipales de la villa donostiarra de la época y otros documentos contemporáneos permiten conocer con mayor detalle el problema de las tierras concejiles y confirmar las grandes dificultades que tuvo la aplicación de las disposiciones reales para el fomento forestal, donde las tierras concejiles tendrán un papel fundamental. Así mismo, la lectura de las actas permite identificar las principales zonas donde se llevaron a cabo las plantaciones: en la zona de Molinao, en la cuenca alta de la regata, junto al límite con Astigarraga y Rentería, así como junto a Aberneta; en la ladera norte de Ametzagaina; en la ladera que se entre el casco de Altza y Herrera.
Las visitas para inspeccionar y seleccionar las mejores zonas para plantaciones revelarán numerosas irregularidades relacionadas con las tierras concejiles, desde su uso sin permiso hasta usurpaciones de tierras protagonizadas por particulares, entre los que se encuentran algunos personajes destacados de la villa, o, simplemente, propietarios de casas que limitan con tierras concejiles.
Por otra parte, en la documentación consultada han quedado sin analizar los datos que hay sobre otras áreas importantes de Altza, como Ulia, los montes francos del Urumea, o Sarrueta, por la ausencia de datos relacionados con los plantíos de robles. En Ulia, la vertiente que da al mar, toda ella prácticamente era concejil, pero se puede entender que la ausencia de menciones se deba a que las condiciones naturales de estas laderas no eran las adecuadas para las plantaciones de robles, aunque en un principio afirmaran lo contrario [55]. En el caso de los montes francos del Urumea [56], comunales gestionados por tres villas, la escasez de referencias se puede deber a que están lejos de la costa. Y en cuanto a Sarrueta [57], probablemente se pueda explicar por la privatización temprana de las las tierras concejiles. Cada uno de esos temas merecería un estudio particular detallado.
A partir de mediados del siglo XVII, junto con lo que se conoce como la “revolución del maíz”, predominó la economía de caserío basada en la agricultura, se roturaron más terrenos y las zonas forestales siguieron retrocediendo.
Altzagaina desde Alamoi (7-i)
REFERENCIAS
[1] MARTÍNEZ GONZÁLEZ, Alfredo José: “Fomento naval y gestión forestal en la segunda mitad del siglo XVI: documentos para una historia jurídica, intitucional y social en el arco cantábrico”, en: Anuario de Historia del Derecho Español [AHDE], nº 86 (2016), pp. 749-783; Del mismo autor: “Masas forestales para las armadas: Las áreas jurisdiccionales de montes y plantíos (siglos XVI-XVIII)”, en: Naveg@mérica, nº 14 (2015), pp. 7-8; “Bosques guipuzcoanos para la construcción de navíos y recopilación normativa por el Real Consejo de Castilla (1569)“. Tiempos Modernos, 39 (2019/2), pp. 321-342.
[2] Ver AHM: “Algunas notas sobre la construcción naval en Altza“, en: www.estibaus.info (2024-04-12).
[3] AYERBE IRIBAR, Rosa: Origen y desarrollo del derecho y de la administración forestal en España y en Guipúzcoa. El Servicio forestal de la Diputación de Guipúzcoa. I. Documentos. 2005. Doc. 7, pp. 12-13: “Minuta de razones expuestas por la provincia de Guipúzcoa para que no se ejecutase en ella una real provisión sobre plantíos de robles, conservación y aumento de montes.” (1564-11-22).
[4] “[Al margen: Que Antonio de Urquiola dio la villa 160 robles que tenia en la tierra de Alça para fabrica de galeones de su magestad. Y en regimiento de 22 de mayo del año seguiente de 1598 se refiere dio poder la villa a Miguel de Acosta mayordomo de ella para cobrar 1507 reales y 32 maravedis por los dichos robles]
En regimiento de treçe de junio esta el decreto seguiente:
Este dia el alcalde Gregorio de Echaçarreta y regidor Agustin de Lizarza que fueron ymbiados a la tierra de Alça a ber los robles creçidos que en ella ay del consejo que los a pedido a Antonio de Urquiola para la fabrica de su magestad y sus galeones a lo qual enbio a maestre Juan de Urizmendi que es maestre de fabricar dichos galeones para señalar los que son utiles e yçieron relaçion de como se an señalado nouenta pieças de robles de trasmocho y algunos altos que estan de frente de las cassas de Sieus y Mirasun y otros veinte y cinco cerca de la hereda[d] entre el molino del jurado Gaspar del Portu y la casa de la Herrera y otros quarenta y cinco que estauan señalados y allaron cortados por el pie desde la cassa de Mercader asta la de Mirasun y que hauiendo quien hauia cortado otros quarenta y seis robles que se allaron en la puerta de la casa de Mirasun se allo que los hauian cortado Thomas de Guruçeaga y Maria Lopez de Guruçeaga dueños de la cassa de Mirasun y por el excesso de hauer cortado los dichos robles estando plantados para el consejo desta villa y en tierras suyas ynbiaron presos al dicho Tomas y su ija para probeer en el caso lo que conuenga y hauiendo quedado de acuerdo con el dicho maestre Juan de Urizmendi señalados los dichos çiento y sessenta robles que se cortarian luego y la leña de la rama y corteza quedaria para esta villa y el balor de los robles tasados se pagarian y para conferir lo que toca a la paga de ellos fueron al Passaje y lo comunicaron con el el dicho Antonio de Urquiola el qual prometio de pagar el balor de los dichos çiento y sessenta robles por la tasacion y a precio de lo que el dicho maestre Juan de Arizmendi yçiere del primer dinero que su magestad librare y enbiare para la dicha fabrica y en esta conformidad quedaron de acuerdo para que se cortasen y los lleuasen y dijeron que en lo susodicho se auian ocupado etcetera. Y en raçon de estos robles ay otros decretos attras y adelante.
[Al margen: Que Thomas e Tomas (sic) de Guruçeaga y María Lopez de Guruçeaga dueños de la cassa de Mirasun cortaron robles conseguiles y les condenaron por ello en pena]
Y en quantto a los quarenta y seis robles que tienen cortados los dichos Thomas y su yja probeyeron que se notifique a los dichos Tomas de Guruçeaga para que en el domingo se allen con un maesttre carpintero para que juntamentte con el nombrado por esta villa se tasen y exsaminen los dicho robles para que paguen su valor y ademas de ello por el exceso de hauerlos cortado por su propia autoridad sin lizençia y consentimientto desta villa les condenaron en mil maravedis de pena lo qual yo el dicho escriuano notifique el dicho probeymiento a los dichos Tomas y Maria Lopez de Guruçeaga en sus propias personas los quales dandose por notificados dijeron que lo oyan.” Archivo Municipal de Donostia (AMD), H-00299-L, pp. 531-534, 1570-10-19. Publ.: MUÑOZ ECHABEGUREN, Fermín: “Dos documentos sobre finales del XVI sobre robles en Altza“, en: Altza Hautsa Kenduz X (2009), pp. 78-79.
[5] Los bosques ocupan el 61% del territorio gipuzkoano, y, de toda esa superficie forestal, el roble representa el 16%. https://www.euskadi.eus/contenidos/informacion/mapa_forestal_2022/eu_agripes/adjuntos/El-bosque-vasco-en-cifras-2022_EUS.pdf
[6] “La madera del sur y de levante peninsular no era demasiado apta para naves atlánticas, probablemente por la mayor amplitud de sus anillos anuales, y su nudosidad. En una cédula de 1593 se explica que la prohibición de que naves andaluzas fuesen a la flota de Indias se debía a que la madera de pino, empleada sin dejarla curar, al secarse despedía los clavos, aflojaba los pernos y originaba que el casco se abriera y se perdiera la embarcación.
Para la construcción de barcos, entre el 30 y el 50 por ciento procedía de madera de coniferas, sobre todo pinos, y entre el 50 y el 70 por ciento, de frondosas, especialmente el roble (Quercus robur y Quercus petraea). El olmo y el fresno se utilizaban para las cureñas de los cañones y cuadernas de las embarcaciones menores. El haya, para remos e interior de los barcos. El pinabete y pinsapo se empleaban para tablones. Roble y pino, por su elasticidad, escaso peso y gran duración, eran las maderas fundamentales en la construcción naval.” Ver FERNÁNDEZ IZQUIERDO, Francisco: “Astilleros y construcción naval en la España anterior a la Ilustración“, I Jornadas de historia marítima, 1989, pp. 43-44.
[7] El territorio histórico de Altza tiene una superficie de 14,5 km2 (UBILLOS, Mikel: “Estudio de los límites del antiguo municipio de Altza”, en: Altza Hautsa Kenduz I, (1988), p. 16. En el ranking de municipios gipuzkoanos por superfice, Altza ocuparía el puesto 45 de 88.
[8] “San Juan de Oyarzaval al vezino de esta Villa. Por mi e Juanes de Casares, Domingo de Berra, Bernart de Darieta, Anton de Roncesballes, Simon de Miraballes, Anton de Aduriz, Juan de Arçaq, Juanes de Arnabidau, Anton de Aduriz dueño de la casa de Acular, Guillen de Casares, Domingo de Larreaherdy, Ramus de Sieus y consortes, vezinos e moradores de Alça, pareçemos ante vuestras mercedes y dezimos que a nuestra noticia ha venido que vuestras mercedes han mandado e mandan plantar de robles el termino nombrado a la Cruz que es en la dicha Alça entre el molino de Molinao y la cassa de mi el dicho San Juan de Oyarçaual y es assi que si el dicho termino se planta de robles como se presupone, nosotros perdemos nuestras cassas porque el ganado hemos de echar forçosamente al dicho término y no a otra partte y demas perdemos los mançanales y sembradios de las dichas nuestras cassas e con esto nuestras vidas, y la villa respectto de nuestro daño no reciue probecho alguno, atentto lo cual y que somos vecinos de la dicha Villa y hermanos de vuestras mercedes desde su fundación…”. Publ.: MUÑOZ ECHABEGUREN, Fermín: “Dos documentos sobre finales del XVI sobre robles en Altza”, en: Altza Hautsa Kenduz X (2009), pp. 77-78.
[9] LANDA, Iñigo; ECHEVESTE, Juan Carlos: “Altza XIV. eta XV. mendeetan”, en: Altza, Hautsa Kenduz III (1996), pp. 54-59.
[10] ELEJALDE ALDAMA, Félix: Parroquia Altza San Martzial. Centenario VI. Mendeurrena 1390-1990. Instituto Dr. Camino de Historia Donostiarra, 1990, p. 30.
[11] Hasta entonces principalmente ocupados por robles, junto con castaños y fresnos. El haya encuentra su medio a partir de 600-700 metros de altura y su explotación no será masiva hasta los siglos XVIII y XIX.
[12] 21-5-1518. “Real provisión de la reina Dª Juana y su hijo el rey don Carlos ordenando a las justicias del reino el cumplimiento de ciertas disposiciones tendentes al fomento del arbolado en los montes y pinares del reino“. Archivo Municipal de Errenteria, C/5/V/1/3. Publ.: AYERBE IRIBAR, Rosa: Origen y desarrollo del derecho y de la administración forestal en España y en Guipúzcoa. El Servicio forestal de la Diputación de Guipúzcoa. I. Documentos. 2005, p. 9.
[13] Los dos documentos publicados en ARAGÓN RUANO, Álvaro: El bosque guipuzcoano en la Edad Moderna: aprovechamiento, ordenamiento legal y conflictividad. Aranzadi Zientzia Elkartea, 2001, pp. 188-189. Ver MARTÍNEZ: Bosques…, pp. 338-339.
[14] Tras la tala del roble, castaño, etc., del tocón que queda en el suelo salen nuevos brotes y ramas que con el tiempo se harán árboles. Por ello, después de talar el bosque, el terreno se cercaba para proteger los nuevos árboles que iban a brotar.
[15] “se a de Plantar en lo / conzejil de cada lugar en las Partes vaxas y humedas que parezca a la /Justizia del que son al Proposito Para maderas derechas no las desmochen, / antes las guien y encaminen para que vayan derechas y en las que no tuui-/eren esta dispusiçion en los desmochos que hizieren tengan gran atención a de-/xar las guias y Puxas Para maderas tuertas con que se Puedan labrar / y fabricar naos…”. Archivo General de Simancas G.A, Leg.347-25.: “Tanto de una Prouision que su magestad dio para el corregidor (…) sobre el plantar de robles y conservaçion dellos y de los montes…”. Madrid, 7-12-1564. Publ.: MARTÍNEZ, Fomento…, p. 761.
[16] ARAGÓN RUANO, Álvaro: “Labores forestales en Gipuzkoa durante los siglos XVI-XVIII”, en: Zainak 17, 1988, p. 119.
[17] ARAGÓN, “Labores…”, p. 113.
[18] MARTÍNEZ, Fomento…, pp. 756-759: “Ynstruizion que se dio a Christobal de Barros sobre lo de los navios” y “Provisión sobre plantíos dirigida a las autoridades locales“, dadas por el Rey en la misma fecha, el 6 de junio de 1563.
[19] GÓMEZ-RIVERO, Ricardo: “La superintendencia de construcción naval y fomento forestal en Guipúzcoa (1598-1611)”, en: Anuario de historia del derecho español, Nº 56, 1986, pp. 591-636. Este es uno de los interesantes documentos que ofrece: “Real Cédula por la que se nombra al coronel Domingo de Idiáquez como superintendente de fábrica de navíos, de arqueamientos y de conservación de plantíos de los montes de la Provincia de Guipúzcoa” (pp. 626-630). En él se detalla el nombramiento y las funciones del oficio de superintendente, idénticas a las de Barros y Urquiola, y detalla las caracterísicas de los barcos a construir.
[20] “Minuta de razones expuestas por la provincia de Guipúzcoa para que no se ejecutase en ella una real provisión sobre plantíos de robles, conservación y aumento de montes.” (1564). Publ.: AYERBE IRIBAR, Rosa: Origen y desarrollo del derecho y de la administración forestal en España y en Guipúzcoa. El Servicio forestal de la Diputación de Guipúzcoa. I. Documentos. 2005. Doc. 7.
[21] LANDA IJURKO, Iñigo: “Altzako etxeak eta baserriak dokumentuetan“, en: Altza, Hautsa Kenduz XII (2013), pp. 21-67.
[22] “Memorial de Cristóbal de Barros“, Sevilla, 1594-10-11. Publ.: MARTÍNEZ: Fomento…, pp. 778-783.
[23] AMD, H-00299-L, p. 56, 1572-12-27.
[24] Extractos de actas del Ayuntamiento de San Sebastián. Archivo Municipal de Donostia, H-00299-L (1569-1599), H-00300-L (1600-1619), H-00301-L (1621, 1651, 1738, 1739). Para la cuestión que se trata en este artículo, interesa sobre todo el primer documento, que coincide con el reinado de Felipe II (1556-1598). Para los resúmenes de los documentos, ver: MURUGARREN ZAMORA, Luis: “Cuaderno de extractos de los acuerdos del Ayuntamiento de San Sebastián. Registro de actas I. (1570-1599)”, en: Boletín de Estudios Históricos sobre San Sebastián, 30 (1996), pp. 291-504. Idem: “Cuaderno de extractos de los acuerdos del Ayuntamiento de San Sebastián. Registro de actas II. (1600-1619)”, en: Boletín de Estudios Históricos sobre San Sebastián, 32 (1998), pp. 1-107. Idem: “Cuaderno de extractos de los acuerdos del Ayuntamiento de San Sebastián. Registro de actas III. (1621, 1651, 1738, 1739)”, en: Boletín de Estudios Históricos sobre San Sebastián, 33 (1999), pp. 39-127.
[25] Ver LANDA, Iñigo: “Engomeztarren jabetzak La Herreran (1467-1574)”, en: Altza, Hautsa Kenduz V (1999), p. 157; LANDA, Iñigo; LAZCANO, Patxi: “Los terrenos concejiles Larreandiak, y los caseríos Larreandi y Larditxiki“, en: www.estibaus.info (23-4-2021); LANDA, Iñigo; ECHEVESTE Juan Carlos: “De juncal a molino de marea: Maubernet“, en: www.estibaus.info (12-7-2023).
[26] “Que el rexidor Miguel de Ercilla vea y cuente los 1665 robles que Juanes de Arozena tiene plantados en el partido de Alza junto a la Casa de Amulia o Alamuria, le mandaron pagar a real cada vno descontando los que tiene ya somado”. AMD, H-00301-L, p. 29.
[27] “Ottrosy assi e ynformado que esta Villa tiene çiertas tierras en termino de linderos de Bonacategui e caseria de Miguel de Arreche pontero que fue predescesor del presente pontero que es agora e de la casseria de Hua que es de Don Lorenço de Montaot en la qual dicha tierra paresçe hauer plantado el dicho Miguel de Arreche ciertos castaños con lizencia de la dicha Villa e los torno a yngerir como propios suyos atentto que hauian de estar y creser saluajinas para que andando el tiempo siruiesen para pies de la dicha puentte de que requiere a vuestras mercedes lo miren y den el remedio que conuenga en prouecho de la villa.” AMD, H-00299-L, p. 37.
[28] “que Miguel Cardel sindido desta Villa fue por mandado de los señores de su gouierno a ver y azer limpiar al termino de Bonacategui y hauiendole visto yco relacion a los dichos sñores y dio quenta que hauia en el mas de ciento y cinquenta pies de castaños enjeridos y buenos para fructto y que pa[ra] su tiempo se podia hazer de ello mucha tabla e muy buena y que hauia por enjerir asta vnos sessenta y seis crecidos y muy buenos los quales pudieran seruir andando el tiempo para pies de puentes e otras cosas“. AMD, H-00300-L, p. 472.
[29] “Puestos en tierras concegiles para plantios de robles (…) e allaron que en el termino de Alça jurisdicion de esta villa pegante los molinos de Anton de Estor auia un puesto muy bueno donde se podrian plantar asta mil e quinientos robles”. AMD, H-00300-L, p. 396.
[30] “por mandado de esta villa fuesse ha uer un pedaco de jaral que esta dicha villa tenia pegante al mancanal de Algarbe y Sarategui e trujiesse razon de lo que podia baler el corte del dicho jaral e quantas aladas podia hauer en el y que en ello se opuco un dia el qual dio por su descargo que en el dicho jaral podia hauer cinquenta aladas de leña”. AMD, H-00300-L, pp. 405-406.
[31] “Tierra concegil que dio la Villa a Juanes de Villabiciosa y a Maria de Miranda del Passaje” (26-8-1571): “pidio licencia para plantar para sombrio del ganado de la caseria que tiene en Alça jurisdicion de esta Villa algunos castaños en canttidad de ciem (sic) pies caue la dicha casseria en tierra concejil con mas tierra para vna huerta de asta seis pies de mancano en la misma tierra concejil con el cargo de censso y reconocimiento que sus mercedes mandasen. Los dichos Señores le dieron lizencia para plantar asta cinquenta castaños con que el fruto de ellos fuese y sea libre concejil para todos los [o]yentes y binientes vecinos e naturales de la dicha Villa”, pp. 34, 35.
[32] “paresçe hauer plantado el dicho Miguel de Arreche ciertos castaños con lizencia de la dicha Villa e los torno a yngerir como propios suyos atentto que hauian de estar y creser saluajinas para que andando el tiempo siruiesen para pies de la dicha puentte”. AMD, H-00299-L, p. 37.
[33] AMD, H-00299-L, p. 51.
[34] ARAGÓN: “Labores…”, p. 113.
[35] Ver LANDA, ECHEVESTE: De juncal…
[36] “que la tierra e terminado llamado Alamurua e su llana e arroyo e arboledas ellos avian plantado e hedificado que hera suyo propio termino comun e prado e pasto de ganado pertenesçia a la dicha universidad e vecinos della e como suya abian tenido de tiempo inmemorial a esta parte usando e gozando para sy cortando leña arvoles como en termino publico e conçegil e como en pasto publico paçiendo con sus pastos e ganados las yervas e bebiendo las aguas sabiendolo e non contradesiendo el dicho Juanes de Chipres e sus antepasados”. 20-5-1523. Juanes de Txipres, vecino de San Sebastián, contra Miguel Sánchez de Fayete, Domingo de Aduriz, Juan Pérez de Arriaga y Juan de Mercader, moradores y vecinos de Altza, acusados. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Sec. Registro Reales Ejecutorias, C 361/31.
[37] “Iten si saben que todas las tierras que estan alrededor del dicho mançanal e termino de Castellon donde el dicho Joanes de Arzac tiene plantados los dicho robres es tierra y termino conçegil del conçejo e universidad de Alça y como en tierra e termino conçegil pasa el dicho camino y lo saben los testigos porque la dicha universidad compro la dicha tierra del conçejo de la villa de San Sebastian para el dicho paso y camino y ello es asi publico y notorio“. 1561, Donostia. Pleito entre Joanes de Arnaobidao y Joanes de Arzac, por los daños ocasionados en el manzanal y término de Castellon. Archivo General de Gipuzkoa, CO MCI 179.
[38] “an visto ocularmente hauer tomado y labrado vn pedaco de tierra concejil que esta junto a su molino que es enfrente de la dicha Basanoaga y Anton de Estor vecino de esta Villa sin que para ello aya pedido lizencia de que es gran desacato e atrevimiento“. AMD, H-00299-L, p. 35.
[39] “En regimiento de 29 de maio se dize que parecio ante los señores del gouierno Juan Perez de Arrieta guardamonte e Domingo de Berra vezinos de Alca cuya es la cassa de Berra de yuso y dieron noticia de que en lo publico concegil de la dicha villa en la tierra de Alca en la parte que cae a los molinos de Anton de Estor Juanes de Billabiciosa vecino del Passaje de la parte de hacia Fuenterrabia auia ocupado e cerrado de valladar nueuo un pedasco de tierra de lo qual daua noticia.” AMD, H-00299-L, pp. 206-207.
[40] “Este dia el señor regidor Jofre de Yarça dijo que conforme a lo que se le encargo que a hazer la vissitta de lo que tenia ocupado Miguel de Arreche [Bonatzategiko jabea] de lo concegil e plantado de castaños e yngerido aquellos y que allo thener ocupado el dicho Miguel de Arreche tierra de ochenta mançanos cerrado con ceto apegado a su mancanal en la cual tierra tiene sembrado trigo en mijo e biberos de mançanos e castaños y en la demas tierra concegil tiene plantados asta dos cienttos y sessenta castaños por yngerir malos y buenos y asta cinquenta ynxeridos.” AMD, H-00299-L, p. 41.
[41] AMD, H-00300-L, pp. 11-12.
[42] AMD, H-00299-L, pp. 45-46.
[43] AMD, H-00299-L, pp. 44-45.
[44] “allaron, que los de la cassa de Algarbe comencaron a desmochar los robles que en ylera estan plantados entre el balladar de la dicha cassa y la calcada deciendo que son pertenescienttes a la dicha cassa ycieron cesar en el dicho dia el dicho corte y desmochamiento y asi ceso y agora mandaron benir antes sus mercedes a Ana de Arcae [sic, Arzac] señora de la dicha cassa de Algarbe” (24-12-1572). AMD, H-00299-L, p. 55. Noticia dada por el allcalde Martin Sanches que Martin de Aldabe corto y talo de sus autoridad los robles consegiles que estauan cerca la caseria de Algarbe sobre el camino del Pasage” (9-12-1611). AMD, H-00300-L, p. 98.
[45] “y el ottro entre las cassas de Laparada y de la cassa de Algarbe los quales dichos jarales estauan en parte e tan ocultos y escondidos que solos se seruen de ellos los dueños de las dichas dos cassas” (1572-03-24) p. 46. “con Guillen de Cassares vecino de Alça sobre tierra concejil ocupada por el suso dicho” AMD, H-00299-L, p. 164, 18-2-1577.
[46] AMD, H-00301-L, p. 6, 1-1-1621.
[47] Un particular plantó robles en el borde del camino principal que pasaba junto al caserío Amoreder y un agrimensor fue enviado al lugar a comprobar que los robles no estaban plantados en la vía pública: “allaron que en la anchura del camino publico real que ba dende la villa para Oyarcun y Astigarraga y Hernani y lo mismo dende la Renteria y Fuenterrauia y Passajes estauan puestos junto a las tierras de la casa de Alanochipi asta cincuenta y seis pies de robles y tambien algunos robles junto a la caseria de Amoreheder”. AMD, H-00299-L, pp. 62-64, 13-3-1573.
[48] AMD, H-00299-L, p. 47, 1572-08-19. [Al margen: Que pusieron mojones en las tierras concejiles del partido de Alca] Y en regimiento de veinte y nueue de agosto esta el decreto seguiente. Este dia el señor jurado Bastida presento dos quentas del gastto echo en el amojonamiento en las tierras concejiles en mas cantidad de quarenta mil pies de mancanos thenian husurpados particulares donde se an puesto al pie de çien mojones grandes e vistosos la vna quenta de suma de etcetera.”
[49] AMD, H-00299-L, pp. 53-54, 20-12-1572.
[50] AMD, H-00299-L, p. 134.
[51] AMD, H-00299-L, p. 17, 19-10-1570.
[52] AMD, H-00301-L, p. 60, 19-1-1573.
[53] AMD, H-00301-L, pp. 62-64, 13-3-1573.
[54] AMD, H-00301-L, pp. 432-433, 16-12-1589.
[55] Yten ansi vien se vissito la montaña y termino del Mirall que es ansi bien termino vtil para los dichos plantios“. AMD, H-00299-L, p. 133.
[56] MORA AFÁN, Juan Carlos: “Los montes francos del Urumea“, in: Altza Hautsa Kenduz III (1996), 37-50 orr..
[57] LANDA IJURKO, Iñigo: “Soroeta eta Sarroeta“, in: Altza, Hautsa Kenduz VII (2003), 147-156 orr..
Imágenes:
(1-i) “muelle de La Herrera”, “Dique del Rey para maderas”, detalle del “Plano del Puerto de Pasages / S. Sevastian 8 de Septiembre de 1802. Josef del Solar”. Archivo Cartográfico de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército, Ar.F-T.2-C.2-229.
(2-i) Robles en Gaztelueneko malda.
(3-i) El caserío Txipres y el monte Kutarro, desde Alamoi.
(4-i) Plano del caserío Mercader, contenido en el contrato entre León de Zurco Irizar y el maestre carpintero San Juan de Aldaco y Sistiaga para la construcción del armazón de la casa solar de Mercader, de la que es propietario el primero. (Pasai Donibane, 1650-02-13). Archivo Histórico de Protocolos de Oñati. Código de referencia: AHPG-GPAH 2/1001,A:33r-37r. Colección Local de Altza, L16865.
(5-i) Mapa: “Kontzeju lurrak Altzan, XVI. mendean” (Tierras concejiles en Altza, siglo XVI).
(6-i) Altza. Detalle del “Plano de la Plaza de Sn. Sebastian y sus inmediaciones”, 1852. Biblioteca Virtual de la Defensa. Colección Local de Altza, L22778.
(7-i) Vista de Altzagaina desde los alrededores de Alamoi.