«aiuntados en el campo
de Estibaus segun que lo havemos de uso de costumbre de nos juntar...» (Altza, 1390)

El 8 de marzo es una fecha para reivindicar y recordar. Un documento al que hemos accedido recientemente nos va a ayudar a lo primero, a recordar a unas mujeres que sin buscar ningún tipo de protagonismo tomaron la decisión radical de ir al frente a defender con las armas sus ideas libertarias. El documento en cuestión es una nómina que contiene una “RELACION DE GRUPOS LLEGADOS DEL FRENTE DEL SEGUNDO TORREON AL CUARTEL DE ESTAS MILICIAS DE LA C.N.T.”. Es el primer documento que nos permite un acercamiento a la implantación anarquista en Altza, y al mismo tiempo nos ofrece los nombres de aquellas mujeres que tomaron la decisión de partir a primera línea a hacer frente al alzamiento fascista. Ellas fueron: María Ganuza Oroquieta, Juanita Santamarina, Ascensión Olmedo, Pilar Martínez Aguelo y Manuela Arozamena Sáez.

El documento no lleva fecha, pero si el “Segundo Torreón” al que hace referencia corresponde a la línea defensiva que se proyectó en Jaizkibel tras la caída de Irun, éste habría sido redactado en los días previos a la caída de Donostia, el 13 de septiembre de 1936. En la relación se consignan los siguientes datos: nombre y apellido, fecha de nacimiento, estado, lugar de procedencia, domicilio, si se ha servido en el ejército, y partido al que está afiliado.

En total son 285 milicianos y milicianas, de los que 273 están afiliados a la CNT. Sólo 12 son mujeres, 4 de las cuales están domiciliadas en Herrera y otra más aparece como procedente de Altza y domiciliada en Pasaia. El resto de mujeres, así como la mayoría de los milicianos, están domiciliados en Trintxerpe, unos de los principales focos anarquistas durante la República. De las cinco, Manuela Arozamena es la única casada y la mayor, con 29 años. Las demás son solteras y bastante más jóvenes: María Ganuza de 24 años, Juanita Santamarina de 16, Ascensión Olmedo de 20, y Pilar Martínez de 18.

Sobre el espíritu que animaba a estas mujeres encontramos en el periódico Frente Popular una crónica fechada el 10 de agosto de 1936 con el título “Una mujer lucha por la Libertad y la Justicia en la avanzadilla de la Peña de Aya“, en la que se entrevista a Maximina Santamaría, una chica de 17 años de Trintxerpe, tiradora en primera línea de fuego. Muy cerca de ella se encontraría también Casilda Hernáez Vargas, libertaria y revolucionaria donostiarra de Egia, a cuya trayectoria personal y política Luís Jiménez de Aberasturi le ha dedicado el libro “Casilda Miliciana - Historia de un sentimiento”, reeditado el año pasado por Txertoa.

La presencia de las mujeres en primera línea de combate es un hecho que se puede constatar en los primeros lances de la Guerra Civil, principalmente entre las milicias anarquistas, pero según se iba desarrollando la guerra, la presencia femenina fue relegada a servicios auxiliares y sanitarios.

Se trata sin duda de grupo pequeño de mujeres, pero no por ello insignificante, ya que mostraban bien a las claras ante el conservadurismo de la sociedad su voluntad firme de llevar la lucha por la igualdad y la libertad hasta las últimas consecuencias. Sirva el recuerdo y la reivindicación de estas mujeres para dar nuevos pasos y terminar con las desigualdades por motivos de género.