Gula por angula
Iñigo Landa
La asociación cultural a la que dedico mi tiempo libre ha recibido una invitación por parte de la oficina municipal para la Candidatura a Capital Cultural 2016 para participar en la promoción de dicha candidatura.
Analizados los materiales ofrecidos a través de la página web y demás medios, observamos que en sus planteamientos y programas no existe ninguno que contemple una intervención específica o significativa en el término de Altza.
No cabe duda de los grandes beneficios promocionales que una designación de ese tipo aportarán a una ciudad cuya cultura gira en torno del espectáculo y el turismo, con el pintxo, las playas y los conciertos como principal atractivo cultural. Pero, en cultura, como en otros muchos temas, Altza no es San Sebastián. Está claro, Altza no tiene nada que ver con la representación e imagen que de San Sebastián se ofrecen. Y para muestra un botón basta: en la galería de 62 fotografías que se ofrece en la página web, no existe ni siquiera una que haga referencia a Altza.
Y, a decir verdad, ni falta que hace. Altza puede encontrar en cualquier otra localidad guipuzcoana de nuestro entorno más cercano el espejo donde mirarse. Municipios como Irun, Rentería o Pasaia, sin ir más lejos, nos ofrecen modelos de programación y actividad culturales mucho más válidos y ejemplares que el donostiarra y que para nuestra desgracia no podemos ni siquiera imitar.
Entre tanto, Altza, en la periferia física y espiritual de esa candidata a capital cultural, tiene que sobrevivir, en lo que a cultura se refiere, sin un proyecto cultural que vaya más allá de lo “asistencial”, con unos presupuestos menguantes, unos equipamientos mínimos y a base del trabajo de sus asociaciones.
La ciudad de San Sebastián, con su alcalde a la cabeza, engreída y empapada de un ñoñostiarrismo ajado y a golpe de tambor, ha refundado un “nacionalismo a la donostiarra” que sólo mira a su ombligo, una ciudad en la que, si nos atenemos por poner sólo un ejemplo a lo que ofrece “La casa de la Historia” en el monte Urgull, no hay historia fuera del marco incomparable y sus alrededores.
La tan donostiarra angula, ese pequeño y maravilloso manjar, ha sido sustituido por la gula, por el sucedáneo y por el consumo desordenado y excesivo de un cierto tipo de cultura. Señores y señoras, la gula no es angula, por mucho que se empeñen. Desde Altza, desde la actividad cultural que desarrollamos, les decimos que ustedes se lo guisen y ustedes se lo coman, que no nos confunden con sus cantos de sirena y que aún seguimos pensando que beneficio y turismo no son sinónimos de cultura.
2008, 9 de Diciembre
Es un aviso para navegantes, sordos y mudos ellos, creo yo. Mucho deben cambiar en la mentalidad de los ilustres personajillos políticos para que tengan en cuenta a Altza como una parte del cuerpo de la cuidad. Una mas.