«aiuntados en el campo
de Estibaus segun que lo havemos de uso de costumbre de nos juntar...» (Altza, 1390)

1850

Txingurri es el nombre de la principal regata de Herrera, actualmente cubierta casi en todo su recorrido. Su longitud máxima llega a alcanzar los 2 km y medio y su cauce reúne el agua recogida en un espacio de unas 330 ha de superficie, con sus puntos más altos en el casco de Altzagaina (93 m), Ametzagaina (118 m), Lizardi (60 m) y el Alto de Miracruz (50 m). Los arroyos Larratxo-erreka, Buztintxulo-erreka y Siustegi-erreka son sus afluentes principales.

El nombre reciente de la regata, como el de las demás que lo alimentan, proviene del nombre de la casa por la que transcurre, Txingurri o Txingurriyane, nombre este, por otro lado, utilizado durante la última centuria como sobrenombre de la casa-molino Errotazar, documentada desde principios del siglo XVI.

Con el desarrollo de la industrialización a lo largo del último siglo y medio, la regata ha conocido un continuo proceso de encauzamiento y soterramiento que la ha llevado a la situación actual en la que se encuentra completamente cubierta, a excepción de un pequeño tramo de unos 80 m, que se encuentra en una finca particular, y la cabecera de Larratxo erreka. Con el arroyo cubierto, desaparecen su presencia y su memoria, siendo este, precisamente, el objetivo del paseo que vamos a realizar, destapar Txingurri, sacar a la luz la vida que se desarrollaba en su entorno a través de los testimonios directos de las personas que han vivido junto a él. En este recorrido, además de recordar, queremos también resaltar la importancia del agua en todos los aspectos como parte indispensable de nuestra vida, apelando a nuestra responsabilidad y compromiso presente y futuro para con ella.

Juan Quintanilla, 1976

(Portuko Agintaritza, 1970)

Recorreremos su cauce enterrado empezando desde su actual desembocadura, en Hospitalillo, Trintxerpe, al lado de Oleta. (1) Ahí vive Juan Quintanilla, bombero retirado del servicio contra incendios del puerto de Pasaia ubicado cerca de este punto, quien con sus experiencias dará inicio al paseo.

San Luis plaza, 1922

A continuación remontaremos hasta la plaza San Luis, en el extremo de la ensenada de la Herrera, centro vital del barrio y escenario de fiestas e inundaciones. (2) Begoña Arruabarrena es una testigo excepcional de todo ello y desde la barandilla de la avenida José Elosegi, en el borde de la antigua carretera general construida sobre la ensenada a modo de presa en 1847, nos hablará de sus vivencias como vecina y tendera en la desaparecida Casa Arruabarrena de la plaza.

(L.Garmendia, 1992)

Descendiendo a la plaza, bajo los arcos del viaducto del ferrocarril construido en 1865, las mujeres lavaban la ropa en las aguas del Txingurri y la chavalería aprovechaban para chapotear y refrescarse en los días de calor. (3) En este punto, Bixente Elosegi, nos contará anécdotas de su juventud relacionadas con los aspectos más lúdicos y deportivos en la rivera del Txingurri.

(F.Garin, 1908)

(T.Paulis, 1968)

A pocos metros del antiguo lavadero, en el límite de la marea alta, se encontraba el molino Errotazar, que más tarde pasaría a ser sidrería con el nombre de Txingurriene, lugar sobre el que se levanta la actual torre. (4) Aquí, Edurne Barandika y Migel Mari Arizmendi, descendientes de la familia Tolaretxipi que regentaban la sidrería, comentarán aspectos festivos de Herrera con los que su familia ha estado muy relacionada durante décadas.

Errotazar (P.Tolaretxipi, 1968)

Emerita Tolaretxipi (P.Tolaretxipi, 1947)

Calle arriba, dejando a la izquierda Larratxo y tras pasar delante del interesante edificio en desuso de la empresa Metalúrgicas Terán, junto a ella y dentro de una finca particular, se puede ver el único tramo del Txingurri en su estado natural. (5) Maribel Manzano, entendida en temas medioambientales, explicará en este punto como la regata soterrada es encauzada a través del “Colector de Txingurri” en una intrincada travesía hasta la Bahia de Pasaia, recibiendo las aguas residuales y pluviales de Altza, parte de Intxaurrondo, Herrera, Bidebieta y Txintxerpe.

Txingurri erreka (2018)

Txingurri kolektorea

El nudo de carreteras que conforman la variante de San Sebastián, la autopista Bilbao-Behobia y el entramado de accesos y salidas construidos sobre los terrenos del caserío Fabrika, antiguo molino Argallo, nos impide remontar ninguno de los cauces principales del arroyo. Uno de ellos, por Siustegi erreka, transcurre por la autopista hacia Txara, y otro, por Buztintxulo erreka, sube a Ametzagaina por Garbera y el parque Otxoki.

Ascendemos dejando las carreteras a la derecha hasta el campo de fútbol de Herrera. Por un sendero que arranca en el extremo sudoeste del campo nos colocaremos sobre la conducción de aguas de Artikutza a la ciudad. (6) Antxon Larretxao, trabajador retirado del servicio municipal de aguas, nos contará detalles de la traída de aguas en este tramo, obra realizada entre 1960 y 1962.

Mons (A.Larretxao, 1961)

Cruzaremos el puente para la conducción de agua construido sobre la autopista para pasar al barrio de Garbera y descender al parque de Larratxo, (7) donde Angel Calvo resaltará los valores naturales de este bosque de ribera que se ha logrado preservar en una de las cabeceras del arroyo Txingurri.

Larratxo parkea (A.Calvo, 2018)

Tras un centenar de metros de recorrido en su medio natural, las aguas de Larratxo erreka desaparecen bajo el asfalto urbano para volver a ver la luz en el punto en que hemos iniciado nuestro recorrido, en Hospitalillo. Antes de despedirnos, nos detendremos en Larratxo, en la Sociedad Leosiñeta (8), sociedad que lleva el nombre de un manantial y lavadero que se encontraba en el casco de Altza, junto al barrio San Isidro, y cuyas aguas descendían a Larratxo.

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