Soterramiento de los terrenos contaminados por amianto, en Altza
Antonio Bernardo Reyes
El pasado 15 de enero se publicaba en prensa que se daban por finalizados los trabajos de sellado del área de Altza afectada por la contaminación con amianto. (Noticias de Gipuzkoa: “Finaliza el sellado del área afectada por amianto que será un parque en junio“).
Sin embargo, en la noticia se indicaba que los trabajos aún se prolongarían durante un mes más. Precisamente el mes adicional otorgado para finalizar las obras, por el mismo periodo que estuvieron paralizadas por orden de la autoridad ambiental (Gobierno Vasco), a raíz de que se detectaran fibras de amianto en el aire en tres mediciones efectuadas entre septiembre y octubre de 2018.
Pero lo que llama poderosamente la atención en esta información son las manifestaciones del concejal de urbanismo del ayuntamiento, Enrique Ramos, que el diario reproduce de esta manera “Ramos manifestó que, aunque no existen informes que lo ratifiquen, la opinión de los técnicos es que la aparición de amianto en el aire pudo tener que ver con la demolición del edificio del viejo polideportivo, en cuyo interior podía haber algún material con fibrocemento”.
Unas declaraciones que parecen incomprensibles, puesto que el polideportivo fue derribado hace ya un año (como el propio medio publicaba el 5 de enero de 2017: Noticias de Gipuzkoa, “El polideportivo de Altza muestra su esqueleto y será historia eh febrero“). Podría pensarse que el diario no estuvo atinado al reproducir las explicaciones que el concejal proporcionó el día anterior, en su intervención en la Comisión No Permanente sobre el polideportivo de Altza y la presencia de suelos contaminados por amianto.
Hemos tenido acceso a esta intervención, y transcribimos a continuación las explicaciones de Enrique Ramos: “no se ha podido establecer una conexión directa, pero los informes que hay, lo que se deduce, es que probablemente coincida, esa presencia de amianto en el aire esos días, coincidió con el derribo del polideportivo anterior y el movimiento de tierras y demás; y probablemente eso hiciera que hubiera en suspensión algo en el aire, que justo esos días dio esa medición, sin embargo todo el resto del proceso nunca ha dado nada, y por tanto parece, pero nadie ha podido establecer una relación directa, que pudo derivarse de eso, de ese movimiento que hubo, y tal. Pero realmente no hay ningún informe que vincule una cosa con la otra. Pero los técnicos creen que podía derivarse de eso, porque realmente el resto del tiempo nunca ha dado, en el aire, nada”.
Pues sí, efectivamente, el concejal relacionaba la presencia de fibras de amianto en los controles ambientales efectuados los días 20/09/2018, 26/09/2018 y 15/10/2018 con la demolición del polideportivo, realizada un año antes. Lo que es materialmente imposible, como cualquiera puede comprender. Lo diga Agamenón, o su porquero.
¿Y el movimiento de tierras, al que también apuntaban esas declaraciones? En esos días, entre septiembre y octubre, se desarrollaban las excavaciones para el vaciado de la parcela del polideportivo, que se habían iniciado en junio. ¿Pudieron originar esos movimientos de tierra la liberación de fibras de amianto, detectadas a decenas de metros por los equipos de muestreo? Los estudios encargados por el Ayuntamiento de San Sebastián descartaron la presencia de amianto en la parcela del polideportivo de Altza, según anunciaron tanto los concejales de Medio Ambiente, Alfonso Gurpegui, como el de Urbanismo, Enrique Ramos, en 2017.
Pues no. No va a colar, esta vez. Si no se presentan informes -fiables- que justifiquen que la causa es otra, las fibras de amianto detectadas en las mediciones ambientales durante los meses de septiembre y octubre en la vaguada de Larres procedían del propio terreno contaminado, que se iba a cubrir (o sellar, como prefieran). Fueron los trabajos de desbroce, los movimientos de tierra (terraplenados, desmontes, etc.) los que originaron la liberación de fibras de amianto al ambiente.
La decisión de cubrir las tierras contaminadas se vendía como la mejor alternativa posible, destacando que “los efectos a corto plazo son poco relevantes, y se reducen a las molestias típicas de cualquier obra de excavación (ruido, tránsito de camiones, etc.)” a lo que se añadía que resultaba “significativamente más económica” que otras alternativas, y “limitaba totalmente la exposición“. Una afirmación arriesgada, contenida en el informe de AFESA “Evaluación de alternativas de recuperación de un emplazamiento afectado por la presencia de amianto al sur del polideportivo de Altza en Donostia-San Sebastián”, de abril de 2017.
Las mediciones ambientales exigidas por la autoridad ambiental (Gobierno Vasco) tenían como objetivo confirmar la ausencia de contaminación en el aire. Así se indica explícitamente en los sucesivos informes de SGS relativos a las campañas de control ambiental en la vaguada Larres “El objetivo es confirmar la ausencia de contaminación en el aire”. No se trataba de comprobar si los niveles que pudieran detectarse estaban por debajo de unos valores de referencia, si no que estos trabajos de recuperación o cubrición de terrenos contaminados no provocaban la liberación y dispersión del amianto. No ha sido así, y por ese motivo se paralizaron durante un mes.
Y por si alguien se pregunta sobre la peligrosidad de la presencia de amianto en esos días: El 20/09 (0,0056 fibras/cm3 aire en A1; 26/09 (0,0069 fibras/cm3 en el punto A3), y el día 15/10 se alcanzó un nivel de 0,060 fibras/cm3 en A5 (punto más próximo al colegio Oleta, que ya había iniciado la actividad escolar). Parecen unos valores muy bajos, pero ¿qué representan, realmente?
En cada inhalación, entran en nuestros pulmones unos 0,5 litros de aire. Cada minuto, se producen unas 15 inhalaciones aproximadamente, lo que suponen 7,5 litros de aire inhalados. Los valores de fibras/cm3 pueden pasarse a fibras/litro de aire inhalado, que es más representativo de nuestra capacidad pulmonar de inhalación: 1 fibra/cm3= 1000 fibras/litro de aire.
Así, una concentración de 0,0056 fibras/cm3 sería 5,6 fibras/litro. Es decir, 5,6 fibras/litro x 7,5 litros/minuto= 42 fibras por minuto. Cada hora, 2.520 fibras respirables.
Para una concentración de 0,0069 fibras/cm3, tendríamos cada hora 3.105 fibras de amianto respirables.
Para una concentración de 0,060 fibras/cm3, obtenida junto al colegio Oleta, ya iniciada la actividad escolar, 27.000 fibras de amianto respirables cada hora.
Se ha hurtado a la población de la información relativa a las causas de estos hechos: qué falló, qué errores se cometieron para que se produjera la liberación y dispersión de fibras, qué medidas se adoptaron y porqué resultaron ineficaces.
Y se ha pretendido, torpemente, y de una forma ruin, confundir a los vecinos de Altza.
2019, 12 de Febrero
Una vez leida la informacion que se publica creo oportuno convocar al grupo de seguimiento de la ejecución del Polideportivo de Alrza para aclarar lo comentado en esta publicación. Desde hace tiempo creo que se nota una desconfianza de cara a lo que esta aconteciendo con la construcción del Polideportivo de Alza.
2019, 23 de Febrero
[...] Todo ello se puede entender mucho mejor, atendiendo al contenido del texto recientemente publicado por Antonio Bernardo Reyes, accesible a través del link: https://estibaus.info/?p=9873 [...]
“Aragón no es diferente: este material, el amianto, ha sido utilizado masivamente en casi todos los sectores productivos” – Información Alternativa
2019, 28 de Febrero
Esto del amianto es todo tongo porque si lo avia ahora también lo tenía que a ver hantes de hacer la primera vez.y ahora no lo hacen y la JENTE mayor que quiere hit ala piscina tiene que hit a otros y todo los días cojer bus y no da para tanto viaje en bus saque por favor no den más escusas por lo del amianto y que empiecen hacer ya el polideportivo y no tanta escusa si sería por eso casi todos ntoniaestaríamos ya muertos por hir ay desde que lo hicieron