El caserío Artzaka
Iñaki Aginaga
“Arzac’enea” posee un escudo con el mismo dibujo que el de Madrid (el oso y el madroño). La existencia de este escudo se debe a un regalo de un “señor” o “caballero” en señal de gratitud por haber pasado noche en este caserón.
Pero hoy en día se puede decir que Artzaka se encuentra en una fase en la que la continuidad del caserío es algo incierto.
La verdad es que nuestra familia Otaegui viene a Alza a principio de siglo desde Beizama, alquilando la mitad del caserío, ya que la otra mitad pertenecía a otro casero (del caserío Audiz). Vinieron un matrimonio con dos hijos, y los otros cinco nacieron en él.
Se fueron casando y fue mi abuelo José quién se quedó en el caserío (el mayorazgo existía). Se casó con la hija del caserío “Miravalles”, a no más de 500 metros de nuestro caserío.
Fue al casarse con mi abuela cuando compraron el caserío (la mitad del caserío) con sus terrenos, 16.000 pts. en el año 33, aunque no lo pagaron al contado sino poco a poco. Descendientes, cinco, de los cuales dos siguen en el mismo caserío, y los otros casados a otros caseríos.
Este caserío siempre ha trabajado la tierra y ha subsistido gracias a ella y también al ganado, ya que tanto mis bisabuelos, abuelos, tíos y demás del caserío no trabajaban fuera del caserío. Hasta que llegó mi padre, que sí trabajaba fuera del caserío, ya que últimamente no se puede vivir de lo que da el caserío, dada la competencia que existe en el mercado con los productos de fuera y los grandes supermercados, lo hacen imposible.
Siempre se ha trabajado la tierra de sol a sol, levantándose a las 5 ó 5 ½ de la mañana hasta las 11 de la noche en verano y 6 de la tarde en invierno.
Todo lo producido se vendía en el mercado, bien en Roteta o bien en Trincherpe. Todo lo recogido se ponía en cestas y se vendía como se podía, incluso se cambiaba por otra clase de comida que no daba el caserío (azúcar, sal, café…).
También se vendía leche, y ésta se llevaba incluso hasta San Sebastián. Se bajaba en un carro guiado por un caballo. Esto lo hacía mi abuelo hasta que mi madre empezó con el coche, hace ahora unos 25 años.
Hoy en día se sigue bajando la verdura y la leche pero en menos cantidad ya que la producción es también menor; la razón es sencilla, los jóvenes trabajamos fuera y no nos queremos comp rometer con el caserío, y los padres y tío-abuelo que quedan en casa ya se están haciendo mayores como para poder seguir al mismo ritmo.
Se puede decir que la producción sigue por que es la vida de nuestros mayores, pero no porque se saque como para vivir cómodamente.
De la 10-12 vacas y otros tantos terneros se ha bajado a las 3 vacas y 2-3 terneros. Más o menos para seguir con la ilusión de ser casero de caserío.
Fue testigo también de la guerra, de la cual tiene en sus terrenos dos o tres ejemplos de haber pasado por ella. Está situado en la mitad del camino que recorrían las bombas que se lanzaban del Fuerte de San Marcos al mar y al revés.
2019, Otsailak 18
Mi abuelo pedro Azpeitia se caso en Alza, en Artzaka en el año 1897 con Josefa Paula Arratibel Zamora de S.S. Tuvieron un hijo,Jose Bernardo Azpeitia y
en el año 1929 contrajo nuevamente por viudez con Mª Manuela Leriñena iruretagoiena, tuvieron 3 hijos Bernardo, jose y Bitoriana Soledad, alguno de los hijos se caso con los Otegui vecinos del caserio, Mi madre Bitoriana, tuvo 11 hijos y cuatro nacimos en Artzaka
actualmente vivimos en Errenteria,
milla ezker orri onen gaitik.