Jaiak Altzan: Lo popular renace con fuerza
Elena Arrieta
El artículo que precede a éste se refiere a las Fiestas Patronales de Altza, del año 1933. Los tiempos han cambiado y la situación de Altza, también. Hemos pasado muchos años con un decaimiento en el ambiente de las fiestas que parecía imposible de superar: “¡hay que ver cómo han perdido estas fiestas… con el ambiente que teníamos antes…!”, era un comentario más generalizado que querido y que ha dado motivo a muchas discusiones sobre si no teníamos ya capacidad de preparar fiestas o es que éramos nosotros, el vecindario, los que estábamos cambiando. Sea como sea, en estas pasadas décadas tenemos que agradecer el esfuerzo de los que, contra viento y marea, se han empeñado en mantener viva la brasa de lo que hoy en día resurge sin ninguna duda.
Han pasado las Fiestas de Larratxo, Herrera, Oleta y las de Altza Gaina, que siguen teniendo un toque de co-oficialidad aceptado por todos. Y aún quedan más. Ambiente agradable, sin edades pero con un especial cuidado a las niñas y niños, a la chavalería, un respiro a los numerosos y cotidianos problemas.
Si alguien valora las fiestas por multitudes, es posible que sigan pensando que van bajando. Pero otros pensamos que el buen hacer y la impecable organización de unas comisiones de fiestas jóvenes, con ganas, que dejan poco espacio a lo imprevisto, nos está devolviendo la sensación de reconocer al de al lado, compartir ambientes, bromas, recuerdos… Ver y agradecer, por ejemplo y sin desmerecer a todas las actividades, cómo la nueva generación de bolaris han encontrado la fórmula para que la afición no decaiga: un bolatoki desmontable, fruto de la iniciativa y el impulso de la juventud y el saber de los mayores.
A mucha gente nos gusta ver cómo lo popular renace, y lo hace con fuerza, mientras que las instituciones vuelven a su papel de estar al servicio y atender a lo que la gente precisa.
10 de Julio 2014