75 años de anexión
Elena Arrieta Yarza
El 22 de Noviembre de 1939, en plena efervescencia de la gloria vencedora de Franco, dos alcaldes puestos por el régimen, de Donostia y de Altza, firmaron un documento de anexión por el que Altza pasaba a ser parte de Donostia. Han pasado 75 años y este periodo de tiempo será el argumento favorito de mucha gente que se ampara en “eran otros tiempos”. Pero no debemos perder de vista el momento de aquel encuentro que se produjo en la muga de los dos municipios, en Intxaurrondo Zahar, a la altura de Artzak Ortzeok. Nos dijeron en la escuela que había que ir a ver el encuentro. Me contaba estos días una vecina que, niña entonces, estuvo presente. Estábamos los de Altza en un lado, en el otro la gente que venía de San Sebastián y en el centro unos hombres que decían algo que no entendíamos, se dieron la mano. Tocaron el txistu y… ya está. Y riendo: Pensábamos que nos darían algo para comer, pero no…. a casa… andando como habíamos ido… En la escalera, la madre nos preguntó, sin dejar su trabajo, qué había pasado y un vecino mayor que nos oyó, dijo que le daba mucha pena, dio media vuelta y se metió en su casa.
Es verdad que han pasado muchos años y que hoy en día se puede hacer un análisis de qué hemos ganado en Altza. La comparación entre lo que podíamos haber sido a fecha de hoy y lo que somos, no es un camino saludable, pero las noticias sobre las intenciones de Pasaia sobre parte del territorio altzatarra y la evidente diferencia de criterio de actuación en el territorio histórico de Altza del ayuntamiento donostiarra con respecto a otras partes de la ciudad, en urbanismo, equipamientos sociales y culturales, tendrían que dar qué pensar a los políticos y técnicos municipales. Las solicitudes de disgregación son un reflejo de descontento. Las anexiones tendrían que verse desde el marco de la igualdad de derechos y no desde la voracidad de una zona con respecto a otra. Eso haría la convivencia entre vecinos, más profunda, menos superficial.
En opinión de muchos de nosotros, la anexión no fue acertada y sus términos no han sido cumplidos. Pero hoy, como hace 75 años, el vecindario se tendrá que someter sin que podamos decir gran cosa. En aquel tiempo, la euforia y exaltación de dos alcaldes vencedores sometieron la buena fe de algunos vecinos responsables del ayuntamiento altzatarra que, sin duda volvieron a sus casas con el sentimiento de haber dejado algo en el camino, mientras muchos otros vecinos estaban en la cárcel o escapados. Mi solidaridad para con todos ellos.
Elena Arrieta Yarza - HERRERA (ALTZA)