Maletín de médico
Javier Cantera
Hoy en día los médicos apenas visitan los domicilios de sus pacientes, pero hace 50 y más años era muy habitual, que en caso de enfermedad, el enfermo permaneciera en su lecho, y el médico “del seguro” o “de particular” fuera a su casa a curar sus males. A ese médico se le llamaba, y aún pervive el nombre, “médico de cabecera”, en referencia a su presencia en la cabecera de la cama, para reconocer y reconfortar al enfermo. Es obvio decir, que hoy en día la asistencia más habitual se presta en ambulatorios y hospitales.
La visita del médico era muy esperada. En cuanto sonaba el timbre, se le abría inmediatamente la puerta, y entraba provisto siempre de un maletín. Este misterioso maletín contenía los equipos más esenciales para hacer un rápido reconocimiento: termómetro, estetoscopio, medidor de tensión, lengüetas para reconocer la garganta….Era mucho más amable que el equipo del “practicante” —hoy en día “enfermero”— que traía las jeringas y agujas de las temibles inyecciones.
Este maletín que presentamos en GANBARA, tiene una antigüedad de unos 100 años y si pudiera hablar tendría muchas cosas que contar sobre ungüentos de árnica, tónicos cardiacos, sinapismos de mostaza y otros medicamentos de época y también sobre momentos amables y otros muy tristes.
Los aficionados al cine, recordarán a los médicos de las películas “del Oeste” provistos de estos maletines curando siempre al “bueno” o la “chica”. El “malo” lo tenía más difícil.
Marca: No tiene
Dimensiones aproximadas: 50 x 30 x 30 cms.
Material: Cuero inglés, forrado interiormente con tela, herrajes de latón y asa de cuero.
Año de fabricación: indefinido, hacia 1.900
Aplicaciónes: múltiples, pero habitualmente usado por los médicos para llevar su instrumental y medicamentos.