Nieves Aranburu Abalos
Herrerako Lagunak
Los días previos a la Navidad Nieves falleció. La recordaremos como una mujer valiente, avanzada a su tiempo, comadrona durante décadas atendiendo a mujeres de, sobre todo, Trintxerpe, Pasai San Pedro, Herrera, en una época difícil de posguerra. Entonces las cosas eran diferentes, los partos en casa, las difíciles situaciones de la mujer con el marido en la mar. Hubo de todo, solía decir, desde momentos maravillosos a otros muy difíciles. Ahora -decía- las cosas son muy diferentes, mucho mejores.
A lo largo de los últimos años hemos sido testigos de cuántas personas conocían a Nieves, le paraban en el camino, comentaban las anécdotas de sus partos, hablaban de sus recuerdos compartidos. Que pasen los años y que haya personas con las que sigas disfrutando de una complicidad que sólo se mantiene en el tiempo cuando se han hecho las cosas bien, es el reflejo de un buen trabajo.
Nieves se lleva su sonrisa, su toque de buen humor. Buena vecina, siempre dispuesta a ayudar, resuelta, discreta y divertida. A la vez, una gran lectora que nos deja su recuerdo y que se lleva consigo muchas historias que no le pertenecían. El ejemplo de una mujer valiente, que defendió y se defendió.