Iritzia / opinión
Andrés Molina
(Ciudadano)
Se podría afirmar que Altza, se contempla a partir de su anexión por parte de Donostia y sobre todo a partir de la mitad de la década de los 50 como una reserva de suelo para el desarrollo urbanístico de la ciudad de Donostia.
Bajo esta premisa se podría haber planificado su desarrollo de una forma racional e incluso bella; pero la realidad es otra, Altza pasa a ser el almacén dónde se hacina la mano de obra procedente de la emigración que demanda la ciudad, así su desarrollo se hace anárquico, sus edificaciones crecen al amparo de una desmedida prisa y una falta absoluta de ética constructiva, se construye de prisa y mal, no se urbaniza, como ejemplo Santa Bárbara conserva sus calles en barro hasta mediados de los 70, se permiten volúmenes de edificalidad escandalosos, que no van acompañados de una visión de futuro, no porque no se tuvieran con otras partes de la ciudad, si no porque en Altza todo vale, Larratxo es un ejemplo. (gehiago…) »