«aiuntados en el campo
de Estibaus segun que lo havemos de uso de costumbre de nos juntar...» (Altza, 1390)

Angel Calvo

Encuadrado en el ambicioso, en el buen sentido, proyecto del Parque de Lau Aizeta, el pasado 15 de junio se abrió al público el Parque de Larratxo.

Esta obra ha supuesto un esfuerzo importante en tiempo y coste. La regeneración de la zona ha sido importante. Parte era un basurero, otra una escombrera y el resto un mosaico de huertas. Ahora es un lugar de esparcimiento entre praderas y paseos.

Ha sido un acierto el respetar y aprovecharse el arbolado existente y plantar nuevas especies. Conviven entre otros: robles, alisos, fresnos, laureles, cerezos, higueras, nísperos y almendros. Los frutales corresponden a lo que queda de las antiguas huertas.

Se ha hecho una buena labor en la parte final de la erreka. Se han colocado juegos en la parte alta y bancos, algunos con mesas, diseminados por doquier.

Pero como todo elemento vivo es susceptible de mejoras:

• Las fuertes lluvias han dejado en evidencia las nuevas laderas en fuerte pendiente que no fueron reforzadas con bloques de piedra se han desplazado. Se comprueba que son necesarios más desagües, canales y bordillos en determinados lugares para encauzar las aguas y evitar que ciertas partes se conviertan en riachuelos cuando llueve.
• Los bordes de la erreka convendría limpiarlos, eliminar las estacas que quedan del anterior vallado y potenciar su vegetación de ribera autóctona con alguna especie más.
• Los malos olores no han desaparecido.
• La fuente aunque de aspecto excelente, su función es un fracaso.
• Los indicadores tal como están se deben voltear los mapas para su mejor comprensión y orientación. Por cierto los dos planos han desaparecido por causas diferentes.

También me pregunto si el espacio situado bajo la autopista ( el segundo túnel ) se ha cegado por no encontrarle utilidad.

Habría que intentar potenciar con el apoyo de algún grupo escolar del barrio la fauna y la flora de su entorno con la colocación de nidos artificiales, la catalogación de las especies, la posible introducción de la ranita meridional, tan escasa de hábitat….

Además falta por utilizar parte de su espacio que tendrá efecto cuando se concluya la obra del paseo entre Altza y Lau Aizeta. Esta ladera era la parte donde se encontraban las huertas y, sobre todo bajo el derruido caserío Etxeberri donde la gente tomaba el sol, denominándose Acapulco al lugar, y que por cierto ha quedado fuera del Parque.

Podríamos hablar más asuntos pero el espacio no da para más, concluimos con que tenemos un espacio prometedor a respetar y manifiestamente mejorable.