Elena Arrieta
Hablar de un mojón de Altza, que ha desaparecido y que señalaba que Donostia quedaba a dos km. desde su ubicación en la caseta del apeadero de Renfe, parece una nimiedad en una página web, con el gran alcance que tiene esta red llegando a mundos en los que los problemas de una zona de una ciudad pequeña parezcan todavía más insignificantes.
Pero este medio tiene también su otra lectura. Si a través de estas redes somos capaces de ver la huella de un ratón en el desierto, es posible que sea el medio adecuado para que intentemos hacer lo del ratón: conseguir que lo que incide en nuestra vida cotidiana, en nuestro ir y venir diario, de gente de a pie, traspase fronteras y podamos compartir estas pequeñas cosas que consiguen frustrarnos un poco cada día.
Ya sé que un mojón puede no ser gran cosa. Al fin y al cabo no es más que un trozo de piedra que nos indica en qué situación geográfica estamos. Pero también -como la red de Internet- tiene otra lectura: la histórica, la cultural. (gehiago…) »