Colección de objetos de uso doméstico de origen industrial
Javier Cantera
A mediados del S. XIX y de una forma gradual, los objetos fabricados en la incipiente industria van entrando en la vida diaria de las personas, arrinconando los antiguos objetos de origen artesano. Las lamparillas de aceite dan paso a los quinqués de petróleo, los cántaros son reemplazados por las jarras de chapa esmaltada, las cocinas de fuego bajo desaparecen y se instalan cocinas económicas que además suministran agua caliente y así van apareciendo aparatos, aún no eléctricos, que son los primeros precursores del conjunto de máquinas y artículos de tecnología punta que hoy tenemos en casa.
Es interés de AHM ir recogiendo estos objetos, algunos de los cuales no hemos llegado a conocer o al menos a utilizar, otros con los que hemos convivido largos años y por fin aquellos a los que el progreso ha envejecido prematuramente, configurando de esta forma una muestra de la evolución de los aparatos y objetos domésticos de origen industrial. Todos estos objetos los iremos guardando en nuestra Ganbara.
Ante todo, hay que tener en cuenta que tan histórico es un transistor de hace 30 años como una plancha de hace 100, dada la rapidez de la evolución tecnológica de algunos aparatos. Todos ellos son interesantes, la diversidad de sus diseños nos asombrará y nos hará ver que la gran contribución de la industria al modo de vivir de hoy se ha hecho recorriendo un largo camino.
Hemos agrupado los objetos en las siguientes 10 secciones teniendo en cuenta su funcionalidad:
- Alumbrado y confort no eléctrico
- Alumbrado eléctrico, electrodomésticos
- Cocina
- Cerrajería
- Linternería
- Herramientas
- Religión
- Hogar
- Aseo
- Juguetes
En lo sucesivo irá apareciendo en cada número de ESTIBAUS la foto de un objeto sacado de nuestra Ganbara y una breve descripción del mismo.
Esta colección se nutre fundamentalmente de aportaciones, por lo que animamos a quienes estén dispuestos a ceder objetos, se pongan en contacto con nosotros.
AFILADOR DE HOJAS DE AFEITAR
Hoy en día las maquinillas de afeitar son de usar y tirar, pero hace cuarenta años, la maquinilla duraba mucho tiempo y se iban cambiando las hojas según se iban desafilando. No obstante, algunos años más atrás aún, las hojas no se desechaban una vez se habían desafilado, sino que por medio de un dispositivo como el que aparece en la fotografía se efectuaba un reafilado, lo que permitía duplicar o triplicar su período de utilización.