Moneda y Berra: distintos caminos, un mismo final
Hace ya algún tiempo que por convencimiento o por obligación, las instituciones vascas vienen ensayando las funciones que han de tener los caseríos en el siglo XXI. Es de sobra conocido la adjudicación de un uso cultural a estos edificios (Tomasene, Okendo, Larrotxene…) acorde con los valores patrimoniales e identitarios que se les suponen. Se esté a favor o en contra de estas iniciativas, tal “reconversión” ha devenido en conservación de los inmuebles, seriamente amenazados por la especulación inmobiliaria y la desatención social (piénsese sino en el cercano Auditz?Akular). Si en un número anterior hablábamos del pasado y del futuro del caserío Tomasene, ahora se trata de dar a conocer la suerte de Berra y Moneda, dos caseríos paradigmáticos en la memoria de varias generaciones de altzatarras, afectados también por modificaciones profundas en su estructura y en su utilización. (gehiago…) »